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Quinta reforma en la plaza central de Jaén a los 17 meses de su inauguración

El PP elude las responsabilidades que le exige la oposición

Ginés Donaire

La plaza de la Constitución de Jaén, centro neurálgico de la capital, estrenó su nueva fisonomía en marzo de 2001, pero desde entonces no han cesado las obras en su superficie. En los últimos 17 meses la plaza ha sufrido ya cinco reformas para subsanar otras tantas deficiencias. La última de ellas, que se ejecuta estos días, es la renovación de las baldosas de la zona peatonal.

Los grupos de la oposición municipal han exigido responsabilidades al gobierno local del PP, que las elude y afirma que el coste de estas reformas lo sufraga la empresa adjudicataria. 'Las reformas no le cuestan un duro al Ayuntamiento, por lo tanto no sé qué responsabilidades nos pueden exigir', ha reiterado en varias ocasiones el concejal de Urbanismo, Miguel Segovia, ajeno a las fuertes críticas que las continuas obras están provocando entre colectivos vecinales, peatones, conductores y comerciantes.

Desde el Ayuntamiento no se ha facilitado la inversión realizada en la plaza -las obras no han sido recepcionadas aún-, al tiempo que se insiste en que las distintas reformas las asume la empresa constructora, Hogarsur. 'Si el coste es cero no sé a qué viene tanta polémica', exclamó Segovia para zanjar el asunto.

Sin embargo, desde las filas de la oposición municipal del PSOE e IU se acusa al gobierno local del PP de falta de control sobre la empresa constructora. El portavoz socialista, Manuel López, considera que las múltiples deficiencias detectadas obedecen a la premura con la que el PP quiso inaugurar la plaza el año pasado. 'Estaban muy presionados por los vecinos por la demora en la ejecución de las obras, debido a la larga catalogación de los restos arqueológicos, y por eso la inauguraron sin los correspondientes controles de calidad', sostiene el portavoz del PSOE.

Desde el área de Urbanismo se culpa del deterioro en el pavimento de parte de la plaza a los vehículos que realizan trabajos de carga y descarga. Por eso, se anuncia la colocación de unos pinetes para impedir el acceso de los vehículos a la calle peatonal San Clemente.

Otras reformas

Ésta es la excusa ofrecida en esta ocasión, pero con anterioridad se tuvieron que acometer otras reformas para subsanar la impermeabilización de la fuente central, que calaba en el aparcamiento que hay en el subsuelo; se corrigieron filtraciones en plazas de garajes de bloques colindantes; se tuvo que rehabilitar un vial hundido; y, por último, se tuvo que renovar la capa asfáltica que había quedado levantada por las vibraciones de los vehículos.

El nuevo diseño de la plaza de la Constitución está pensado para los peatones. De los 6.500 metros cuadrados de superficie, 5.000 han pasado de ser tráfico rodado a uso peatonal. En su construcción se ha usado pavimento de granito y piedras naturales de cuarcita y filita, aunque también existe otro recorrido más comercial donde se ha utilizado la baldosa hexagonal.

Los grupos de la oposición municipal creen que en los proyectos de obras públicas de este tipo llueve sobre mojado. Recuerdan en ese sentido una actuación similar en la plaza de San Ildefonso, donde el Ayuntamiento se vio obligado a sustituir, apenas dos meses después de su inauguración, tanto el diseño y elementos ornamentales de la plaza como su iluminación. También en este caso fueron las críticas vecinales las que llevaron al gobierno municipal a actuar, pero con la particularidad de que aquí sí que el coste revertió en las arcas municipales.

El gobierno municipal del Partido Popular gastó más de 360.000 euros en esta plaza inaugurada la pasada primavera, pero dos meses después de que el alcalde elogiase su diseño Sánchez de Alcázar no tuvo más remedio que ceder a la presión vecinal que se había mostrado indignada por la estética modernista introducida en una plaza presidida por un templo con tres fachadas de alto valor artístico y de estilo gótico, manierista y neoclásico.

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