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El primer sindicato italiano estrena líder convocando huelga

Guglielmo Epifani sustituye a Sergio Cofferati al frente de la CGIL

Guglielmo Epifani fue elegido ayer nuevo secretario general de la CGIL, el principal sindicato italiano, en sustitución del carismático Sergio Cofferati, que ha cumplido ya los ocho años que marca el estatuto. Aunque Epifani es el primer líder socialista en el sindicato comunista, todo apunta a que su política continuará la de su antecesor. Epifani estrenó su cargo convocando una nueva huelga general para el 18 de octubre.

Al recibir el testigo de Cofferati, con el apoyo casi total de la dirección (obtuvo 141 de los 146 votos de la cúpula), Epifani proclamó para el próximo 18 de octubre una nueva huelga convocada por CGIL en solitario. 'Es justo y obligado ir a la huelga a favor del desarrollo y de los derechos de los trabajadores', dijo ayer en su primer discurso de líder. Los sindicatos italianos ya plantaron cara a la reforma general de Berlusconi con una huelga general el pasado 16 de abril.

El nuevo secretario general, nacido en Roma hace 52 años, se convierte en el primer líder del principal sindicato italiano que procede del partido socialista. Licenciado en Filosofía y con 20 años de actividad sindical a las espaldas, Epifani toma las riendas de la CGIL en uno de los momentos más delicados de su historia. El sindicato de izquierdas, con sus 5,4 millones de afiliados, se ha embarcado en una guerra total contra el Gobierno de Silvio Berlusconi y está enfrentado a las otras dos grandes centrales, la católica CISL y la moderada UIL.

La fractura se produjo en junio pasado en torno a la reforma del mercado de trabajo, cuando Luigi Angeletti, líder de la UIL, y Savino Pezzotta, su homólogo de la CISL, aceptaron los retoques al artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que impide el despido libre. El líder de CGIL, Sergio Cofferati, se negó en redondo a aceptar, siquiera de manera transitoria, la supresión de este artículo en tres supuestos laborales.

Grieta profunda

Desde entonces, y a medida que crecía la popularidad de Cofferati, en los sectores de izquierda se iba abriendo un foso cada vez más profundo entre la confederación y sus dos hermanas menores. El carisma de Epifani, un tipo alto y serio, que ayer se presentó vestido con riguroso traje gris y corbata roja a su toma de posesión, está por demostrar.

Antes de la huelga general, el líder sindical ha anunciado una serie de manifestaciones en las principales ciudades del país para protestar contra la política social de Berlusconi.

De momento, tanto Angeletti como Piero Fassino, secretario general del partido más próximo a CGIL, el de los Demócratas de Izquierda (DS), enviaron afectuosos saludos al nuevo inquilino de Corso Italia (sede romana de la CGIL). Mientras Pezzotta se limitaba a comentar fríamente: 'Respeto mucho a las personas y no las juzgo. Se juzgan las políticas que se adoptan'.

De la organización empresarial, Confindustria, llegó sólo un auspicio, el de su director Stefano Parisi. 'Esperamos que Epifani pueda abandonar la línea politizada que ha seguido la CGIL en los últimos años', señaló.

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