Canción Verlaine
Esta lluvia no tiene corazón,
noche donde caerse.
Se la ve caminar destituida,
como la solitaria sombra del extranjero,
con las ventanas de perfil, pisando
arena de su propia lejanía.
No tiene corazón donde caerse.
Sólo palabras ciegas
que disuelven los nombres y no sirven
para contar la inútil fundación de sus viajes.
La lluvia sin relatos no comprende
que viene del pasado. Yo la veo
caminar el silencio de la piedra,
deslizarse buscando
el eco de una luz almacenada
en un bar que esté abierto.
A nadie le pregunta. No se atreve.
Perdida en el enigma de sus pasos,
es verdad que parece un extranjero.
Ni amor ni hostilidad. Y sin embargo
esta lluvia que cae
tiene la sensación de haber estado
otras veces aquí,
de que conoce
horas inexistentes
ciudades que no tienen corazón,
noche donde caerse.
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