El Ayuntamiento convocará un concurso para reformar la plaza de las Glòries
La comisión de calidad dio el visto bueno a los tres proyectos que rodearán el anillo
Otro concurso. El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido convocar uno restringido para buscar una solución al anillo de la plaza de las Glòries, uno de los proyectos casi malditos de la ciudad, a juzgar por el tiempo que arrastra su anunciada reforma. En 1997, cinco años despúes de levantarse el inmenso anillo viario, el consistorio barcelonés ya encaró la reforma de la plaza. La solución definitiva parece que se buscará ahora en la convocatoria de un concurso restringido con algunos criterios básicos ya definidos y con tres proyectos concretos de edificios que marcarán el nuevo espacio.
La reforma de la plaza de las Glòries fue una de las estrellas de la pasada campaña electoral municipal y promete serlo, de nuevo, en la que arrancará en breve ante la convocatoria de mayo de 2003. Es uno de los espacios constantemente replanteados no sólo por los partidos de la oposición en el consistorio barcelonés y los propios afectados -residentes y comerciantes, en especial los de los Encants- sino también por los técnicos y urbanistas municipales: desde el arquitecto jefe, Josep Antoni Acebillo -el padre de la criatura- hasta los responsables de Urbanisno y, por supuesto, el colectivo profesional de los arquitectos.
El debate, nunca cerrado, se avivará en breve puesto que el consistorio tiene la intención de convocar un concurso restringido -dirigido a unos seis arquitectos- para rediseñar la futura plaza. La idea es llegar al final del mandato con un proyecto ya cerrado de reforma urbanística, según Xavier Casas, primer teniente de alcalde.
Será un concurso que partirá de unos presupuestos claros: el anillo viario -la conexión superior con la A-19- no se puede derribar por la complejidad del subsuelo, por el que circulan trenes, metros y, además, por estar atravesado por un gran colector. Así que todo parece indicar que el tambor seguirá formando parte de la fisonomía de la ciudad y haciendo de barrera entre las dos Diagonales: la sur y la que se abrió en febrero de 1999.
Otra de las decisiones claras es desmontar los paneles que rodean el tambor, para permeabilizar el paso entre ambos lados de la Diagonal y evitar el muro. Esto implicará la desaparición del aparcamiento que, según fuentes municipales, sólo tiene sentido mientras los Encants estén en su actual emplazamiento. Y ésa es otra de las cuestiones a medio despejar: el viejo mercado se irá de las Glòries, pero todavía no se sabe adónde.
El concurso persigue la definición del espacio del interior del anillo -al que está previsto que llegue el trazado definitivo del tranvía del Besòs despúes de la solución intermedia de pasar por fuera del anillo- y de la proyectada zona verde en el terreno que ahora ocupan los Encants.
Mientras, la comisión de calidad -un órgano que supervisa los principales proyectos arquitectónicos de la ciduad- ya ha dado el visto bueno a tres proyectos que rodearán el anillo de las Gloriès: la cripta de los Tesoros o Museo del Diseño, de Oriol Bohigas; la plaza de las Arts, de la arquitecta de origen iraní Zaha Hadid, y una torre ondulada que acogerá oficinas municipales, de Federico Soriano.
Pese a que los proyectos ya están definidos, su construcción no sólo depende de la solución del anillo. Por ejemplo, la plaza de Les Arts dibuja una espectacular estructura que arrancará frente al Auditori y el Teatre Nacional y llegará hasta las calle de Bolívia y Tànger sobrevolando la avenida de la Meridiana. En su interior, formando distintos niveles, acogerá una veintena de salas de cine. Son 6.000 metros cuadrados para los que aún no hay inversor. 'Pero seguro que lo habrá', insisten en los despachos municipales, donde se cree que es más fácil buscar operadores cuando la idea del continente está clara.
Futuro incierto
El caso del futuro Museo del Diseño es distinto porque, en principio, se parte de la idea de que el equipamiento acogerá colecciones de los museos de artes decorativas, textil y de la indumentaria. Es decir, el contenido del futuro museo ya existe y está desperdigado. Pero este proyecto comparte con el de la plaza de las Arts es la falta de concreción de la financiación, que asumiría el consistorio si tuviera el apoyo de otras administraciones y de empresas privadas. El edificio, de unos 26.000 metros cuadrados, será una construcción semisoterrada que no sobrepasará el actual anillo, salvo en un punto en el que sobrevolará la calzada.
El tercero de los proyectos es una torre ondulada y extraplana de más de 100 metros que se enfrentará a la torre de las Aguas de Jean Nouvell. En este caso, la incógnita no es la financiación, que corresponde al Ayuntamiento, sino qué servicios municipales ocuparán los 30.000 metros cudrados.
A vista de pájaro
El muro que supone el anillo viario de Les Glòries lo es más, si cabe, desde la apertura total de la Diagonal. Justo desde el arranque de esta avenida, en lo que constituye el inicio de la explanada del Fòrum, la percepción de la larga avenida choca, de repente, con un obstáculo. La continuidad del paseo, en el que se divisan a lo lejos las únicas torres altas que hasta ahora lo flanquean en los cruces del paseo de Gràcia y Balmes, se ve súbitamente alterada por una inmensa rotonda que, además, asemeja estar suspendida. A vista de pájaro - con unos prismáticos mejor- parece que la avenida esté atravesada por vehículos que no paran de dar vueltas. Y es que circulan por el anillo de las Glòries. Algo que, a vista de pájaro, causa perplejidad.
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