Condenado el hospital Puerta de Hierro por la muerte de un enfermo por 'aspergillus'
El hongo infectó los pulmones del fallecido durante una operación en el centro sanitario
La Audiencia Nacional ha condenado al Ministerio de Sanidad a indemnizar con 96.162 euros a la familia de J. V. B., un paciente del hospital Puerta de Hierro que falleció el 25 de junio de 1998 por una infección pulmonar causada por el hongo aspergillus. El tribunal considera probado que el hombre murió por la infección y que ésta 'se produjo en el hospital'. El aspergillus es un hongo microscópico, común e inofensivo al aire libre, pero letal cuando alcanza los órganos vitales en el transcurso de operaciones quirúrgicas, especialmente en personas inmunodeprimidas.
El paciente tenía 59 años, estaba casado y tenía siete hijos, seis de ellos mayores de edad. La familia declinó ayer dar detalles sobre el fallecido y sobre los casi tres meses en los que Juan V. B. estuvo ingresado en el Puerta de Hierro.
La familia había denunciado al hospital por dos motivos: por la infección que causó la muerte a Juan V. B. y porque éste no fue atendido adecuadamente por los médicos.
La sentencia rechaza esta última demanda: 'No se aprecia en modo alguno la deficiente asistencia', suscriben los jueces. Sin embargo, el tribunal sí da la razón a la familia en que 'la infección se produjo dentro del hospital' y en que el hongo 'está directamente relacionado con el fatal desenlace'. 'El paciente no tiene el deber jurídico de soportar el daño' sufrido, sostiene la sentencia.
El fallo recoge que el fallecido ingresó el 4 de abril de 1998 en el Puerta de Hierro, aquejado de un 'enfisema pulmonar muy grave'. El enfisema es una inflamación que destruye los alveolos del pulmón, las pequeñas bolsas en las que la sangre entra en contacto con el aire aspirado para tomar de él el oxígeno. El enfisema impide al enfermo respirar con normalidad y, en los casos más graves, los médicos tienen que trasplantar los pulmones o extirparlos parcialmente.
Tres operaciones
Esto último es lo que hicieron los neumólogos del Puerta de Hierro el 13 de mayo de 1998. La operación transcurrió según lo previsto, pero los médicos observaron días después que el pulmón derecho presentaba 'una fuga aérea', lo que impedía a Juan V. B. superar su insuficiencia respiratoria.
El fallecido volvió a ser operado el 2 de junio para corregir la fuga, extirpándole otra pequeña parte del pulmón derecho. La recuperación de Juan V. B. fue buena en los primeros días, pero luego tuvo fiebre y sus dificultades respiratorias se agudizaron. Los médicos descubrieron entonces que el paciente sufría una infección en el pulmón derecho por aspergillus, presumiblemente adquirida durante la primera operación y que le causó la muerte.
La Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional ha condenado por ello al Ministerio de Sanidad a indemnizar a la familia de J. V. B. con 96.162 euros. El ponente ha sido Tomás García Gonzalo.
El aspergillus es un hongo común en la atmósfera, pero que no causa problemas de salud a la población. Sin embargo, si el hongo coloniza un quirófano, sus efectos son letales.
'Es un hongo oportunista, que sólo hace daño si accede directamente al corazón, la médula espinal o los pulmones durante una intervención quirúrgica. Los pacientes que sufren estas operaciones suelen tener las defensas bajas. En estos casos, la mortalidad llega alcanza el 80%', afirma José Sánchez Payá, vocal de la Sociedad Española de Medicina Preventiva.
Esta sociedad emitió en 1999 una serie de recomendaciones para reducir al máximo el riesgo de infección en los quirófanos. El texto fue elaborado tras el brote más virulento de aspergillus conocido hasta la fecha en España. Fue en el hospital Meixoeiro, enVigo, y causó la muerte de cuatro pacientes.
Un quirófano totalmente estéril todo el tiempo es un objetivo inalcanzable. 'La entrada y salida de personas vuelve a contaminar lo esterilizado. El objetivo es mantener la presencia de agentes infecciosos en niveles inocuos para el paciente', explica Sánchez Payá. Esto se logra limpiando los quirófanos tras cada operación, instalando filtros en los conductos de aire que impiden el paso de microbios y aumentando la presión atmosférica dentro del quirófano. 'Así, cuando la puerta del quirófano se abre, el aire sale de dentro afuera, evitando la entrada de microrganismos', explica Sánchez Payá.
El Puerta de Hierro no ha informado sobre las medidas tomadas en 1998 tras la muerte de J. V. B. ni si su caso fue aislado o afectó a más pacientes.
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