"Las prendas de Balenciaga eran, a la vez, austeras y mágicas"

La abuela de Ion Fiz era modista y trabajaba en casa, con su Singer negra. Los recuerdos de infancia de Fiz están rodeados de retales, de tijeras, de hilo y agujas. Mientras la abuela le daba al pedal de la máquina de coser, el pequeño hacía trajecitos a las muñecas de su hermana, cortaba telas, las tocaba, se deleitaba en el tacto y en la vista. Desde entonces, la vocación de Ion Fiz ha estado clara. Nunca tuvo la menor duda. Ahora es uno de los diseñadores de moda vascos más prometedores y el pasado fin de semana realizó su primer desfile en la pasarela Circuit de Barcelona, con 40 trajes y una ilusión desbordante.

Pregunta. ¿En qué se distinguen las prendas que diseña?

Respuesta. Mis prendas están decoradas con motivos gráficos. A la hora de diseñar me guío más por las texturas, por lo que pueda expresar el tejido. Una prenda no es un cuadro, pero puede expresar muchas cosas.

P. ¿Cómo ha transcurrido su carrera profesional?

R. Nada más terminar BUP me trasladé a Bilbao a estudiar en la escuela Lanca. Estuve tres años y antes de terminar la escuela ya me salió mi primer trabajo, en una empresa de ropa deportiva. Me llevaron a Madrid y Barcelona, a sus talleres para diseñar y controlar el proceso.

P. ¿La escuela ha sido fundamental en su vida?

R. Sí, me potenció mucho. Yo sabía dibujar, pero había campos, como el patronaje, que no había tocado nunca. No tenía ni idea de cómo se montaba una prenda, del proceso industrial.

P. ¿Y usted quiere controlar todo el proceso?

R. Sí. Por ahora lo hago yo todo, aunque tampoco tengo aún una infraestructura muy sólida. Me gusta controlar la prenda y cómo está cosida.

P. ¿Y además de ropa deportiva?

R. Me llamó una franquicia gallega, Vidrio, que tiene una industria textil muy importante. Allí estuve diseñando un año. En Galicia se aprende muchísimo. Creo que hay que ir allí a trabajar. En moda, allí está la creatividad, pero la industria también, y eso es muy importante. No puedes ser sólo creativo. Hay que controlar toda la cadena.

P. ¿Cuándo regresó a Bilbao?

R. Llevo tres años en Bilbao. Me llamó otra empresa de ropa deportiva y después, con Bonaventure, diseñé vaqueros, un tejido con el que me apetecía mucho trabajar. Con la diseñadora vasca Elisa Amann he trabajado dos años. Con ella aprendí mucho de punto. Y durante todo este tiempo he tenido mi taller.

P. Mucho trabajo.

R. Sí, demasiado. Ocho horas en la empresa y luego, en mi estudio. Muy estresante. Yo no he llegado hasta aquí por un regalo o por fuerte. He querido dedicarme a esto y he hecho todo lo que he podido.

P. ¿Ha sido complicado?

R. Es complejo hacer un desfile y más si no tienes un equipo como el de los grandes diseñadores. Pero yo creo en la lucha diaria y en meter horas. Si tienes creatividad, al final sale.

P. ¿Hay afición a estudiar diseño en Euskadi?

R. Fuera mucho más, sobre todo en Barcelona y Madrid. Aquí la gente no está muy motivada.

P. ¿Cómo es la mujer que viste?

R. Una mujer bastante transgresora, que se adelanta un poco a lo que está en estos momentos en el mercado.

P. Usted también crea ropa de hombre.

R. La ropa de mujer es más versátil; la de hombre es más compleja la confección y la creatividad. El hombre tiene que educarse en moda poco a poco.

P. ¿Pretende comunicar algo?

R. Que el que la lleve se sienta a gusto con la ropa, que disfrute al llevarla.

P. Tallas

R. En pasarela sí uso modelos delgadas, porque quiero dar una imagen un poco infantil. Pero no tengo un estereotipo femenino, quiero que mi ropa se la ponga la mayor gente posible. Por ahora hago sólo cuatro tallas porque no puedo hacer más, pero haré.

P. ¿A usted con qué le gusta vestir?

R. Con un vaquero y una camiseta. Cómodo.

P. ¿A qué diseñador admira?

R. Me gusta la obra de Balenciaga, por la evolución que tuvo. Sus prendas tenían una gracia especial, como una magia, y a la vez eran muy clásicas, muy austeras. Para su museo, que se inaugurará el año que viene, estoy haciendo el diseño del uniforme de los azafatos y azafatas. Será un uniforme muy serio y a la vez muy moderno, minimalista.

P. ¿Qué significa para usted haber estado presente en Circuit?

R. Es muy importante, porque se trata de una pasarela para diseñadores jóvenes, pero que producen, que están en tiendas. Exigen unos mínimos para presentarse, pero a la vez es muy vanguardista. Mis colecciones encajan en este tipo de pasarela.