Memoria del 11-S
'El día 11 de septiembre de 2001 yo estaba en la calle, durmiendo debajo del puente de los trenes, que es donde vivo. Alguien salió gritando desde el mercado y nos despertó'. (Roy Bhagat, niño mendigo de Calcuta, India).
'Ese día me quitaron el coche y me dieron cien azotes en las afueras. Me acusaron de escuchar música y era mentira' (Mustafá Helmand, taxista de Kandahar).
'Yo me enteré muy tarde del atentado porque estaba trabajando. Lo hago desde que tengo ocho años: coso balones de fútbol y creo que me pagan bastante poco'. (Alí Ishaq, niño de Lahore, Pakistán).
'Cuando se estrelló el primer avión yo le estaba dando de comer a mi hermana, que no tiene manos. Se las cortaron a machetazos unos soldados, cuando entraron en la aldea. Mi padre dice que esta guerra es por culpa de unas minas de diamantes'. (Martha Makeni, adolescente de Bonthe, Sierra Leona).
'El día del ataque a las Torres Gemelas yo perdí mi pierna derecha. Venía por la carretera y pisé una mina. Han quitado muchas, pero tuve mala suerte'. (Maria Lucilia Pereira, madre de familia de Huambo, Angola).
'Yo estaba junto a la fosa común ese día. Voy muchas veces porque allí está, seguramente, el cadáver de mi esposa, que fue asesinada por los hutus, en 1994. Dicen que en esas matanzas murieron cuatrocientas mil personas, pero yo creo que fueron bastantes más.' (Thomas Yiba, anciano que vive en las orillas del lago Kivu, Ruanda).
'Me acuerdo bien: esa mañana empezamos o a reconstruir la casa que nos quemó la policía de Milosevic' (Fátima Elbasan, viuda de Prizren, Kosovo).
'Yo aquel día, no sé por qué, me acordé mucho de mi esposo, que fue asesinado hace diez años en el Quiché, de donde somos nosotros, indios que venimos de los mayas. Fue después de una huelga de campesinos'. (Adalberta Cabrera, viuda de Flores, Guatemala).
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