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Crónica:VALLADOLID | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

La cartilla de racionamiento

La justa presencia por delante del ganado seleccionado no pudo tapar el fraude de casta, raza e invalidez que derrocharon los pereztabernero en el coso del paseo de Zorrilla. Los toros de lidia cuentan con una cartilla de tentadero, donde se reflejan sus notas. Los de ayer no debieron asistir nunca a la escuela. A no ser que la famosa cartilla se use para racionar la casta, la raza y la fuerza.

El segundo de la tarde se murió durante la lidia. Se veía venir. El presidente se hizo el orejas ante la clamorosa reclamación del público. Se vio en la necesidad de devolver al moribundo tercero. La cosa toma tintes de escándalo. Pudo y debió devolver el resto de los que saltaron a la arena. El señor presidente es todo un lujo.

Pérez / Padilla, Barrera, Ferrera

Toros de Juan Pérez Tabernero, 1º, 4º, 5º y 6º justos de presencia, inválidos y descastados; 3º devuelto por invalidez; 2º se murió durante la lidia. Juan José Padilla: (ovación y saludos); (oreja). Vicente Barrera: (silencio). Antonio Ferrera: (ovación y saludos); (palmas). Plaza de toros de Valladolid, 8 de septiembre, 2ª de feria. Media entrada.

Juan José Padilla dejó para el currículo una primera faena dicharachera. La otra resultó entonada. No exenta de sabor y ligazón, aunque larga en exceso.

Vicente Barrera quedó inédito en su primero por la defunción del animalito. En el único que estoqueó no terminó de acoplar su personal estilo a las condiciones de su contrincante. Labor gris y plomiza, a juego con el celaje de la tarde.

Antonio Ferrera dejó enjundia de bien hacer en su primer enemigo. Capote lucido. Buen concepto de lidia. Puro clamor con las banderillas. Muleta poderosa, cadenciosa por ambas manos. Sitio y hondura tampoco faltaron. Un infame bajonazo le privó de un posible triunfo. En el que cerró plaza se estrelló contra la sosería e invalidez de su enemigo. Puso la plaza en pie con tres soberbios pares de banderillas. La espada tampoco viajó bien en esta ocasión. Los aficionados, desencantados por lo presenciado, despidieron al presidente, asesores y empresario al grito de '¡Toro, toro!'.

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