_
_
_
_

La Fira de Teatre de Tàrrega cierra con 115.000 espectadores y se queda sin director

Joan Anguera deja la dirección porque el Patronato no le da contrato a tiempo completo

Crisis inesperada en la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega. Pese a la satisfacción de un balance con cifras positivas, Joan Anguera anunció ayer que deja la dirección de la feria. 'La única condición que yo le ponía al Patronato era que pudiese dedicarme a la Fira a tiempo completo', justificó Anguera. 'El trabajo de director artístico requiere mucho tiempo. Pero al patronato le pareció que éste no era el momento oportuno para modificar las condiciones de contratación'.

En la actualidad son sólo cuatro los cargos con contrato fijo en la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega: gerente, secretaria (Cristina Ramon), secretaria administrativa (Cristina Pons) y comunicación (Eduard Ribera). Según se desprende de las palabras de Joan Anguera, la necesidad de un criterio de calidad artística en la contratación de un centenar de compañías no es, a corto plazo, un objetivo prioritario del patronato.

'Por mi parte', señaló Anguera, 'cuando asumí la dirección hace cuatro ediciones, dije que sacaría adelante un proyecto que ya había iniciado Ramon Simó en su etapa de director. Se trataba de racionalizar la Fira, reducir el número de compañías, aumentar la calidad, lo que habría de revertir en un aumento de contratos alcanzados -la cifra de los 2.700 contratos del pasado año me parece explícita- y abrir la Fira al resto del país y al extranjero'. Joan Anguera considera que su etapa se ha cerrado satisfactoriamente.

Las cifras presentadas ayer como balance de la actual edición son más que satisfactorias. El número de espectadores previstos (la Fira no acabó hasta la noche) superaba los 115.000 espectadores. El número de profesionales acreditados era de 874 (frente a los 830 del año pasado), y el aumento se verifica, sobre todo, entre los que llegan del resto de España y del extranjero. Las entradas vendidas, 12.500, son menos que el año pasado, pero en cambio aumenta el índice de ocupación, que es del 68%. De las 114 representaciones de pago, en 27 se han agotado las entradas. En cualquier caso, se trata de cifras que justifican la excelente labor llevada a cabo por Anguera y su equipo.

Tàrrega alcanzó el sábado su máxima presión de espectadores. Eran 50.000, según la Guardia Urbana, los que deambularon a lo largo de todo el día por sus calles, lo que se tradujo, en la práctica, en un auténtico hormiguero humano. Este es, sin duda, el mejor espectáculo de la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega o, cuando menos, el que más sorprende al que por primera vez acude a este festival. Con todo, el sábado fue un día hasta cierto punto decepcionante por el relativo pinchazo de dos de los espectáculos que más expectativas habían levantado en esta Fira de Tàrrega: Tabula, de la compañía francesa Pesce Crudo, y Recyclomic, de Chapertons.

Pasear por las plazas convertidas en espacios teatrales ofrece la certeza, como quería Heráclito, de que todo fluye. O, al menos, fluyen los jóvenes, que mantienen, no obstante, una similitud sorprendente con los de años anteriores en una especie de demostración de que, por más que todo fluya, nada cambia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En ese trajín de gentes, las expectativas levantadas por los franceses de Pesce Crudo parecieron confirmarse por un momento. Tabula tiene un estupendo arranque. Una mesa enorme con grandes candelabros encendidos daban la bienvenida al espectador. Parecía que se fuera a celebrar una comunión de nuevo cuño o, en el otro extremo de los ritos, una boda campesina. En torno a la mesa, barriletes de vino, frutas, caramelos, patatas fritas en una mezcla, cuando menos extraña, de viandas. Luego, y progresivamente, el espectáculo va poniéndose en marcha. Aparece un acordeón, alguien baila entre el público, otros cantan, en un rincón un grupo sigue con las palmas un ritmo festivo. Hasta aquí el espectáculo promete, precisamente, lo que acaba por no dar. A fin de cuentas, Tabula es una acumulación dispar de secuencias visuales, entre la acrobacia, el teatro gestual y la danza contemporánea que se articulan en torno a un único invento espacial: el de esa mesa gigantesca sobre la que acaba ocurriendo casi todo. Para el público, estar de pie no es sinónimo de participación más o menos activa. Tabula obliga al plantón, a permanecer de pie sin esperanza de que el espectáculo termine como había empezado. Tabula es una brillantísima intuición apenas desarrollada.

Mimo y basuras

Tampoco Chapertons convencieron con sus Recyclomic, un espectáculo de mimo y manipulación de objetos que ocurre en torno a un contenedor de basuras. Las basuras son todas recicladas, de forma que lo que ha perdido utilidad y es desechado recupera, por un instante, una utilidad al menos simbólica. Son escenas sueltas, como si sucesivos vecinos -interpretados todos por Jordi Bardavio, también autor y director- fueran bajando las basuras. Uno de los mejores sketches es el del cura que desahucia a un Cristo con el que acaba bailando un tango. Es un espectáculo ocurrente, ingenioso, y poca cosa más.

El resto del día transcurrió entre espectáculos que no tienen en Tàrrega su mejor marco. Espectáculos pequeños, intimistas, cuya concentración se pierde ante esa masa demasiado inquieta de espectadores que caracteriza Tàrrega. Ni Húngaros -escrito y dirigido por Lluïsa Cunillé y Paco Zarzoso-, ni De tanto que te quiero -de Mariona Masgrau con La Fanfarra-, ni George -de Bulevard Espectacles- son espectáculos adecuados para la Fira de Tàrrega. Los tres tienen en común el gusto por el matiz, un levísimo humor gélido y una concepción intelectual del espectáculo. Y en Tàrrega siempre acaba triunfando el relumbrón o la brocha gorda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_