Sin suspense en La Concha
Sólo una catástrofe privará hoy a Castro de la bandera donostiarra, la decimotercera para Korta
La jornada definitiva de la regata de La Concha sólo debería dilucidar hoy un par de asuntos menores. La trainera de Castro se cargó el suspense hace una semana y su estratosférica ventaja de 22 segundos sobre el segundo, Urdaibai, convierte el desenlace de la cita más interesante de la temporada de regatas en un trámite a mayor gloria de José Luis Korta, responsable de la embarcación cántabra.
El milagro de La Marinera lleva el apellido de Korta, camino de convertirse en la leyenda solitaria del remo. Si Castro confirma su superioridad, su patrón y preparador recogerá la preciada bandera donostiarra por decimotercera vez, un asunto menor a su entender: 'Si hubiera querido ganar más veces en La Concha me hubiera quedado en Orio, pero no buscaba eso', asegura el oriotarra, movido por una inquietud incombustible. Ésta vez, el patrón de Castro asegura con rotundidad que no se vestirá de corto y que seguirá a su embarcación 'desde la motora... a menos que haya muy mala mar y que me entre la duda'. Las dudas de Korta son casi proverbiales y nadie sabe si el timonel oficial de La Marinera, Juan Mari Lujanbio, acabará por acostumbrarse a sufrirlas. 'Es culpa de la responsabilidad', se justifica Korta. 'Si hace mala mar le empiezo a dar vueltas a la cabeza y me pregunto si no sería mejor que dirigiese yo la embarcación porque es mucha la responsabilidad que tengo', cuenta el veterano patrón (53 años), que ésta temporada suma ya nueve triunfos.
Lujanbio contempla la cita con la ilusión de igualar el palmarés de su padre, José Angel, quien logró cinco banderas en la bahía donostiarra.
El resto de las embarcaciones seguirá de lejos el segundo triunfo consecutivo de Castro, autora de una exhibición desconocida desde 1982, cuando Kaiku (entonces entrenada por Korta) abrió una sima de 29 segundos sobre el segundo, Zumaia. Orio y Pasai Donibane ni siquiera podrán pelear para resolver su enganchada de la semana pasada: ambas se acusan mutuamente de invasión de calle y adornan con esta polémica el mal momento que atraviesa el remo guipuzcoano. La embarcación oriotarra es la única guipuzcoana con plaza en la tanda de honor, lo que no se producía desde 1980.
Castro, Urdaibai y Perillo completan la tanda principal, que echará en falta a las decepcionantes Astillero y Pasai Donibane, ésta última rumiando todavía su desencuentro con Orio. 'No es sólo una cuestión de dinero', señala Korta para explicar el actual rendimiento discreto de las traineras guipuzcoanas. 'Todos andan igual, fichando de aquí y de allá y a veces perjudicando al vecino', analiza Korta, a su vez blanco de numerosas críticas por haber configurado una trainera 'a golpe de talón'.
La tanda de honor examina, sobre todo, a la sorprendente embarcación gallega de Perillo, tan sorpresiva como el hueco que Castro se fabricó de forma magistral. Por si acaso, Korta se ha encargado de mantener la presión sobre todos sus remeros con entrenamientos diarios y la rutina precompetitiva habitual, historia de no perder el hilo. O de seguir haciendo historia.
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