La temporada empieza en una plaza de toros con la Supercopa

El balonmano español da, por fin, síntomas de renovación. León, una ciudad entregada a este deporte, cede su plaza de toros para la Supercopa, que hoy (17.30, La 2) disputan el Caja España Ademar, el anfitrión, y el Portland San Antonio, de Pamplona, como preludio de una Liga llena de estímulos. El escenario permitirá unos 11.000 espectadores, un récord en competición nacional.

Las rencillas internas y el conservadurismo de la Liga Asobal y la Federación Española impidieron un mejor aprovechamiento de las medallas logradas por la selección y del efecto Urdangarín en un deporte cuya belleza es continua por la abundancia del contacto corporal y la gran velocidad del juego.

El partido de esta tarde se perfila como el entremés del banquete que se ofrecerá desde el próximo fin de semana en la mejor Liga del mundo. Aunque la alemana mueve mucho más dinero y mercadotecnia, la española es claramente superior tanto en vistosidad como en ritmo.

El San Antonio, campeón de la Liga, y el Ademar, de la Copa, son dos de los cuatro equipos, junto a los muy reforzados Ciudad Real y Barcelona, que previsiblemente lucharán por el título liguero, con cierto margen para las sorpresas de otros equipos.

El club leonés debe mucho a la extraordinaria visión que su entrenador, Manolo Cadenas, muestra en los fichajes: el artillero noruego Kjelling, que llegó en la pasada primavera, ya es un ídolo local, como el portero danés Hvid o el extremo Juanín. A ellos acaba de unirse el croata Métlicic, otro lanzador de postín.

Por contra, nadie duda de la valía del equipo navarro, pero sí de la edad de algunas de sus estrellas, como Richardson, Jakímovic, Jovánovic y Urdiales, que superan los 30 años. Sin embargo, Garralda, de 32, fue ayer tajante: 'Hace tiempo que se dice eso, pero las pruebas médicas recientes no ofrecen dudas. Por ejemplo, Richardson es una máquina, un prodigio de la naturaleza'.