La fuerza del 'Haka maorí'

Los jugadores de Yugoslavia fueron en la madrugada pasada espectadores de excepción del Haka maorí, la espectacular danza guerrera que interpretan los integrantes de la selección de Nueva Zelanda. '¡Ka mate, ka mate! ¡Ka ora, ka ora!'. '¡Es la muerte!, ¡Es la vida!'. Así empieza el estribillo de la canción que interpretaban los maorís poco antes de entrar en batalla.

Durante los instantes previos a su semifinal fueron los baloncestistas neozelandeses quienes la entonaron a pleno pulmón, acompañándose de unas sonoras palmadas en los muslos y en el pecho y dando fuertes pisotones sobre el parquet de la pista.

La danza es una expresión de la pasión, el vigor y la identidad de la raza maorí y, en el contexto del deporte, un símbolo de respeto al rival, del orgullo de representar al propio país y de aceptación del reto de disputar el partido, la competición, al máximo nivel posible.

Los All Black, Tall Blacks, como se conoce al equipo de Nueva Zelanda, tan sólo están disputan su segundo Campeonato del Mundo, después de haber estado presentes en el de España 86, el único en el que participaron 24 selecciones en vez de las 16 habituales.

Nadie podía imaginar que fueran a llegar tan lejos en Indianápolis, máxime después de que empezaran perdiendo por 84-64 ante Alemania y por 110-62 frente a Estados Unidos. Por si no fuera suficiente, se les lesionó su mejor elemento, el pívot Sean Marks, que estuvo en su momento en la mismísima NBA formando parte de los Raptors de Toronto.

Marks ya no ha podido volver a jugar en la cita de la capital de Indiana. Pero, con todo, los neozelandeses se clasificaron para los cuartos de final con triunfos frente a Venezuela y China y se ganaron su presencia en las semifinales al derrotar por 65-63 a Puerto Rico.