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Columna
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Social

72 fichas ofrece la Hemeroteca Municipal si buscas publicaciones que se titulen 'social'. Muchas datadas a principios del siglo pasado, cuando abundaban fraguas, auroras, repúblicas, albas, y otras humildes cabeceras trabajosamente editadas por anarquistas, socialistas, comunistas, sindicalistas... .

Ahora, Medio Ambiente autoriza a quebrantar un poco más el litoral de Altea explicando que el puerto deportivo es de 'interés social', en uso legítimo pero malévolo de la doble acepción del adjetivo.

Social significa benéfico y general, pero la sociedad a la que se dirige una medida social puede ser, según el diccionario, toda la comunidad o también una sola empresa, una comandita. 'Entrar en sociedad' es ser aceptado o reconocido por una casta más o menos aristocrática. 'Hay gente en sociedad que sólo son gente de sociedad. Es lastimoso' (Mauriac). Ya no quedan periódicos revolucionarios y Sociedad, en Valencia, es una revista cuché donde retratan a muchos de los que Ortega y Gasset decía que viven simplemente de invitarse o no invitarse.

Alevines bien planchados, maduras cardadas y enjaezadas (todas identificadas como 'señoras de') cual jacas camino del Rocío. También empresarios, cofradías, especuladores y políticos del PP. Protagonistas todos de pedidas y bodas, recepciones y vacaciones, desfiles y banquetes a beneficio de.... Casas de barrocos salones cuajados de pianos, angelotes y tapices, espejos y lámparas modelo jeque. Mucha reina de fiestas (y alguna de verdad), encuentros con el Papa, y poca cultura, para que quepan la jardinería, la gastronomía, la psicología y el horóscopo.

Patrocinan joyerías, interioristas, boutiques, clínicas de 'belleza'. Y una incógnita: quién (además de ellos/as mismos/as) comprará semejante misal, ciego y mudo ante bajas pasiones, braguetazos y adulterios que constituyen la materia nutricia del colorín. O a lo mejor es que no los hay. Quizá es que la 'buena' sociedad valenciana, como dijo Byron, está formada por dos potentes tribus: los que aburren y los que se aburren. Pobres. Por eso los amarres de Altea tienen tanto interés social.

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