Insultos y buenas intenciones

El ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, prologó su reunión de hoy con el presidente de la Junta, Manuel Chaves, con una declaración de buenas intenciones. Arenas apostó el pasado domingo por que el diálogo entre el Gobierno y la Junta esté 'guiado por la conversación permanente' y 'por la ausencia de insultos y descalificaciones'. Sin embargo, el pasado verbal de Arenas no concuerda demasiado con su llamamiento a un diálogo gentil y educado. Tampoco Chaves ha sido ajeno a la costumbre de lanzar algunas invectivas contra el ministro. Ésta es una pequeña muestra:

Arenas dijo en abril de 1999 que Chaves 'falta al respeto' y 'juega' con los andaluces a la hora de fijar la fecha de las elecciones autonómicas. Unos días más tarde, Arenas acusó a Chaves de 'reírse' de los andaluces y 'mantener paralizada la actividad institucional' por el posible adelanto de los comicios. Dos días después, Chaves calificó de 'huida' la actitud de Arenas respecto a las elecciones autonómicas.

En julio de 1999, Chaves tachó la acusación de Arenas de un supuesto pacto entre Jesús Gil y el PSOE como el 'bulo de un político que practica el trapicheo'.

Arenas justificó en noviembre de 1999 la negativa de Aznar a reunirse con Chaves con este argumento: 'Sería absurdo que Chaves fuera a La Moncloa a insultar'. Arenas acusó en enero de 2001 a Chaves de 'intentar entorpecer el diálogo del Gobierno en la política exterior' cuando el caso del submarino Tireless coleaba con fuerza. Arenas echó más leña al fuego en marzo de 2001 al imputar a Chaves en plena crisis de las cajas de ahorro los 'sucios métodos que desde hace mucho tiempo se utilizan' en Andalucía.

Un mes más tarde, Arenas volvió a cargar las baterías contra Chaves porque, a su juicio, hacía el 'ridículo' al intentar cerrar un acuerdo pesquero con Marruecos 'con dos excursiones'.

Arenas acusó a Chaves en junio de 2001 de 'indecencia e indignidad' en el asunto de las cajas. Tres meses después Chaves recomendó a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, que no siguiera la estrategia de verter 'veneno' de Arenas.

Arenas llamó 'irresponsable' a Chaves el pasado mayo por permitir que las protestas contra la reforma del empleo coincidieran con las manifestaciones antiglobalizadoras. Y Arenas acusó al presidente de la Junta el pasado julio de 'aburrir a los andaluces' con su 'política de confrontación' sobre la financiación autonómica.

Con todo, Arenas nunca ha alcanzado -ni de lejos- el nivel de Teófila Martínez a la hora de lanzar insultos contra Chaves. La dirigente del PP -sólo comparable al Capitán Haddock en estos menesteres de la agresión verbal- le ha llamado a Chaves entre otras cosas: 'despreciable, indecente, miserable, gran dictador, dictadorzuelo, cavernario, momia del pasado político, bravucón, oligarca, señor feudal, llorón, mandarín, El Padrino de la política andaluza, esquizofrénico...'.