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Crónica:FERIA DE BAYONA | LA LIDIA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ésta sí es la verdad

A la espuria comedia de anteayer le suplió el espectáculo de verdad de ayer. Cuando los toros de Victorino Martín saltan a una arena caliente, la fiesta se pone de pie, porque hay verdad en sus toros. Reses con codicia y fijeza, que se iban de largo prestos al cite del caballo; con la boca cerrada hasta el final. Toros en puntas y con peligro. A partir de ahí ya podemos disfrutar de una tarde de toros, tal la que ayer vimos en tierra francesa.

Además de eso, un modesto torero, el Cid, toreó a la verónica, hacía tiempo no se veía mecer el percal. Ya en el quite al primero de la tarde, que correspondía a Fernández Meca, le endilgó al toro unas hermosas verónicas, rematando con una soberbia media. Por si fuera poco, en el toro siguiente, su primero, le recibió con unas extraordinarias verónicas y dos excelentes medias. La tarde empezaba con ese eco que deja siempre el toreo a la verónica, una de las sumas del arte de Cúchares. Aunque este torero cortó dos orejas y rabo al quinto de la tarde, tal vez toreó de verdad a su primero. Trazó naturales cargando la suerte y templó con mucho son. Su labor estuvo cimentada sobre la ligazón. Y en el toro del triunfo tejió pases con ambas manos y unos de pecho lentos, templados, de enorme gusto. Además mató a ese toro de una gran estocada. Otra vez la verdad de la fiesta se daba en la suma de toros bravos y un torero con azúcar en sus muñecas.

Victorino / Fernández, Cid, Robleño

Toros de Victorino Martín: tres toros de calidad, 2º, 3º y 6º y uno excelente, el 5º, al que se le dio la vuelta al ruedo, alguno blando mas todos con fijeza y codicia. Fernández Meca: escasa petición de oreja y vuelta; aplausos. El Cid: vuelta al ruedo y dos orejas y rabo. Fernando Robleño: aplausos en ambos. Plaza de Bayona, 1 de septiembre, 3ª y última de feria, lleno.

El francés Fernández Meca estuvo voluntarioso con sus dos toros. Mejor en el primero que en el segundo, ya que éste fue el toro más difícil de la tarde.

A Fernando Robleño se le escapó un triunfo sonado, ya que los dos toros que le tocaron en suerte servían para la muleta. Y se excedió en pases en su primero y se dio cuenta tarde de la calidad de su segundo.

Conclusión: siguen los palmeros jaleando a las figuras, mientras Victorino y los toreros hondos ponen la verdad de la verdad.

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