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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Alcalde genial

Este periódico publicaba en su número del 20 de agosto la nueva genialidad (¿cuántas van?) del alcalde de Madrid para arreglar el problema de la circulación en la capital. Ahora, parquímetros, colorines en las aceras y empresas privadas haciendo patria.

Apuntaba la noticia el efecto esperado con la genialidad: muchos miles de vehículos dejarán de entrar en el centro de Madrid. Aun cuando me siento incompatible con el actual regidor y sus numerosas genialidades, esta vez, gratuitamente, quiero adjuntarle algunas ideas para mejorar el proyecto. Verá usted, señor alcalde, si elimina los espacios acotados en las calles de Madrid para que los señoritos puedan aparcar cuando van a su trabajo, ampliará en varios miles los vehículos que no entrarán en el centro. Eso es seguro, pero tengo una duda, cuando usted nos arenga para que usemos el transporte público, ¿habla también para los señoritos?; ¿las arengas son para intentar paliar los problemas de circulación o para que los señoritos puedan circular mejor?

Voy a darle algunos ejemplos sin salir del radio de 200 metros alrededor de mi casa. Vivo en el barrio de las Letras; algunos le llaman el barrio de los bolardos, un barrio donde aparcar es muy complicado, un barrio al que sus obras, en gran parte acertadas, están convirtiendo lo complicado en imposible (ya sé que hay proyectos para en el futuro corregir el problema; de momento, para los que aquí vivimos, ha colocado el carro delante de los bueyes). Todo eso puede hasta ser discutible, pero no lo es el que siga acotando espacios para señoritos.

Teníamos y tenemos una comisaría y ello acotaba muchos espacios, los necesarios para coches oficiales y seguridad y los no necesarios para coches que llegan con su propietario a la hora de comienzo de la jornada y se van con el final de la misma, pero voy a dejarlos aparte porque aquí me puede usted liar. Acota usted plazas para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas -¡ya me explicará la necesidad!-, para la Real Academia de la Historia -sígamelo explicando-, para los señoritos de Comisiones Obreras -¿cómo lo habrán consentido?, ¿para dar ejemplo? -estos últimos tenían en principio un espacio acotado en el que sólo cabían una decena de vehículos y lo ampliaron un poco más, supongo que habría más señoritos que plazas-, para la Dirección General de Turismo, para los del Consejo Económico y Social, que parece que no pueden tampoco usar los transportes públicos para desplazarse al trabajo. Estos últimos tienen su historia porque el acotado primero y reciente estaba próximo a la puerta de entrada de su trabajo, pero las obras que se llevan a cabo en esa zona ocuparon ese espacio, y se invadió otro más alejado correspondiente a otro edificio, y cuando este último entró en el ámbito de las obras, otro empujón, aunque sea a calle distinta y desde el acotado actual no se vea el edificio donde está ubicado.

No quiero agotar los ejemplos, pero podría darle más. Creo que desea que los ciudadanos de Madrid tomen los transportes públicos, pero en ese género no entran todos; a los señoritos, a los que tienen poder, a los que usted quiere adular, les apoya para que no lo hagan. No esperaba menos de usted, lo borda.

Alguna vez, en algún momento, alguien distinto de usted acotará sólo los espacios que, por seguridad, por invalidez, o porque su acotamiento permita prestar mejor servicio a la comunidad y tendrá el valor de quitar todos los demás. Usted jamás podrá hacer eso -¿recuerda sus propias palabras?-: 'Tengo muchos amigos, ya me buscarán algún lugar, la presidencia de alguna empresa...'. ¡Qué barbaridad! ¿Piensa usted que los ejemplos que le he citado sirven a la Comunidad o, por el contrario, son una de tantas desvergüenzas?

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