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El fabricante británico Marconi entrega el control de la compañía a sus acreedores para saldar su deuda

Marconi, el histórico fabricante británico de telecomunicaciones, llegó ayer a un acuerdo con sus acreedores para entregarles el control de la empresa a cambio de la condonación de la mayor parte de su deuda de 4.000 millones de libras (unos 6.240 millones de euros).

Una vez que se hayan canjeado los bonos y los créditos por acciones, los actuales accionistas sólo retendrán el 0,5% del capital de la empresa, y el resto pasará a manos de los bonistas y de los bancos acreedores.

El acuerdo contempla que una vez que se haya completado la reorganización en enero de 2003, Marconi dispondrá de 635 millones de libras en efectivo (990 millones de euros) y una deuda neta de 300 millones de libras (468 millones de euros).

El director ejecutivo de la firma, Mike Parton, dijo ayer que el grupo ya ha tenido que reducir costes para afrontar la desaceleración en todo el sector de equipos de telefonía. 'La reestructuración financiera nos permitirá planificar nuestro futuro con renovada confianza', señaló Parton en un comunicado. 'Hay que reconocer la realidad económica, reestructurar y seguir adelante', agregó.

El caso de Marconi es uno de los ejemplos más señeros de los efectos dramáticos de la burbuja tecnológica.

Además de la desaceleración del sector, los expertos achacan los problemas a la mala gestión de los directores ejecutivos, sobre todo de George Simpson, quien en 1996 reemplazó a Arnold Weinstock. Durante los 33 años de gestión de éste, la empresa, conocida entonces como GEC, se transformó en un gran conglomerado industrial rentable, con intereses en defensa, telecomunicaciones y medicina. Pero Simpson dio un giro radical en la gestión de la compañía, vendió la unidad de defensa e invirtió 8.000 millones de libras en el mercado de la fabricación de equipos de comunicaciones. Esa estrategia condujo a pérdidas récord, 14.000 despidos y el recorte del 99% del valor de la acción.

Marconi sufrió entonces la crisis que también afecta a rivales como Alcatel, Nortel y Lucent Technologies.

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