Un mundo más allá
La novela de Joan Mari Irigoien, Un mundo más allá, que traduce su novela Lur bat haratago, empezó con mal pie. Y el motivo reside en la publicidad de la casa editora que no tuvo mejor ocurrencia que publicitar esta novela como la más larga publicada en lengua vasca. Si se pone el acento en la cantidad -como en este caso- se deja de poner el acento en la calidad. Y ese fue un flaco favor que se le hizo a la novela. Ahora la casa editora de la traducción trata de enmendar el error destacando la calidad del texto.
Por otro lado, se comentó una y otra vez que la novela seguía el lenguaje de un clásico vasco del siglo XVII, el gran maestro de la prosa, Axular. Pero todos sabemos que la novela histórica, género al que pertenece la narración, a pesar de su carga simbólica, debe manipular el lenguaje que utiliza y no pretender utilizar una lengua de siglos pasados. En las literaturas de lengua minorizada existe la tentación de la filologización, es decir la de utilizar criterios lingüísticos sobre los criterios puramente literarios. Y esa es una tentación en la que ha caído el autor.
Este contexto puede explicar el punto de partida de la realización de la novela, en la que la traducción, muy cuidada de Jorge Aranguren, viene a introducir un punto de equilibrio. Quizás la traducción necesite una consideración especial por la creación de un estilo más cercano a la sensibilidad del lector actual.
En cualquier caso, Irigoien ha querido realizar una novela de iniciación y una novela de amplia visión del mundo, una percepción de una sociedad vista desde los ojos del protagonista narrador. Quizás pueda hablarse de un influjo de la novela picaresca, porque es sabido que el autor es un admirador de la literatura clásica española y ha utilizado ese influjo en libros de poemas anteriores. En este trabajo se menciona el Quijote en una de las primeras páginas.
La vida y milagros de Joanes Etxegoien, quien comienza el texto por medio de una misiva enviada a su protector, André Larralde, da lugar a una creación en la que no falta ironía, ni la ideología (proto)nacionalista. La novela sigue un esquema clásico, más atento al hilo semántico que al narrativo.
Situada la acción hacia finales del siglo XVII, Etxegoien es testigo de un mundo que pretende reflejar, pero sobre todo pretende una recreación del modo de escribir de una época y de un autor.
Joan Mari Irigoien: Una tierra más allá. Ttartalo. San Sebastián, 2002, 655 páginas. Traducción de Jorge González Aranguren.
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