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Las empresas españolas cotizadas en Nueva York no ven dificultades para acatar las normas contables de la SEC

Las sociedades españolas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (BBVA, SCH, Telefónica, Repsol YPF y Endesa) manifestaron ayer que acatarán las nueva normativa contable impuesta por la Securities Exchange Commission (SEC) tanto para empresas estadounidenses como extranjeras que superen los 75 millones de dólares de valor bursátil (capitalización).

Esta nueva normativa, llamada ley Sabarnes-Oxley, busca mejorar la calidad de la información que facilitan las empresas al organismo supervisor de los mercados bursátiles para devolver la confianza a los inversores, después de los recientes escándalos financieros de compañías estadounidenses como Enron y WorldCom. La normativa, que hoy entra en vigor, obliga a que consejeros delegados y directores financieros certifiquen, bajo juramento, la veracidad de las cuentas que presentan a la SEC.

Asimismo, se reducen los plazos para la presentación de los resultados. Aquellos correspondientes al trimestre se deberán aportar como máximo 35 días (antes 45) después del cierre del periodo, y los semestrales, a los 60 días (antes 90). También los ejecutivos deberán informar en dos días de la compraventa de acciones que realicen de su compañía.

Según apuntan portavoces de las firmas españolas, esta medida no afecta a sus resultados trimestrales, ya que ellas no están obligadas a facilitarlos al supervisor estadounidense, salvo de forma indirecta, pues siempre deben aportar a la SEC los documentos que presenten a otros superviores (CNMV en España).

En cuanto a las cuentas semestrales, el plazo en España ya es de 60 días, por lo que el acortamiento de la SEC no supone ningún problema. También desde algunas sociedades españolas apuntan que el juramento de las cuentas es un puro formulismo que se adjuntará junto con las cuentas firmadas como habitualmente se venía ya haciendo.

Críticas en Alemania

La ley Sabarnes-Oxley recibió ayer el beneplácito de la Comisión Europea. Un portavoz afirmó que este organismo 'está de acuerdo en los objetivos que persigue la ley estadounidense'. Estas palabras ponían fin a la controversia que desde Bruselas se había generado en días anteriores.

En Alemania, la protesta más dura provino de la ministra de Justicia, la socialdemócrata Herta Däubler-Gmelin. La decisión de la SEC no sólo es una 'falta de estilo, sino que, sencillamente, no puede ser', espetó, antes de mostrarse esperanzada en que la UE ahora 'hable claro con Estados Unidos, como se acostumbra entre buenos amigos'. Las leyes nacionales no pueden tener vigencia 'extraterritorial', argumentó la ministra.

Un total de 22 empresas alemanas cotizan en diversas bolsas estadounidenses. También un portavoz de la Federación de la Industria Alemana (BDI) criticó la decisión como 'no demasiado favorable para el mercado de capitales estadounidense'.

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