LA RECONQUISTA DEL ESPÍRITU DEL 99

El Mallorca, igual que en años anteriores, apelará esta temporada a la consistencia y la efectividad de un bloque de jugadores equilibrado en todas sus líneas. El proyecto de Gregorio Manzano, el nuevo técnico rojillo, ha conseguido ilusionar de nuevo a la afición mallorquinista tras un curso nefasto que a punto estuvo de pagarse con el descenso a la Segunda División. Ahora, el nuevo Mallorca aspira a consolidarse en Pimera evitando los errores de la campaña anterior y sin dejar de mirar hacia objetivos más elevados. El verdadero reto es el de recuperar el espíritu que llevó a este equipo a una final europea -la Recopa de 1999, que perdió frente al Lazio- y, posteriormente, a la Liga de Campeones.

La plantilla se ha reforzado en la defensa con la incorporación de dos laterales procedentes del Extremadura, David Cortés y Poli, y con la llegada del central argentino Lussenhoff, cedido por el Tenerife durante un año con opción de compra. Por su parte, Harold Lozano, ex jugador del Valladolid, será el encargado de llenar el hueco dejado por Engonga en el centro del campo mientras que Ibagaza organizará una vez más el ataque tras su fallido pase al Atlético. En punta, la mejor noticia para el equipo es la continuidad del internacional camerunés Eto'o.

Manzano se ha pasado todo el verano pendiente de si su presidente, Mateu Alemany, traspasaba o no a Luque al Deportivo. Al cierre de este suplemento, todavía no se había alcanzado un acuerdo. Por otro lado, el Mallorca ha estado tratando de adquirir a una de las joyas del fútbol canario, el fino centrocampista Jorge, de la UD Las Palmas. Dos de los grandes pilares, Roa y Engonga, han abandonado el club y su futuro profesional está aún por definir.

La pretemporada del Mallorca, que se inició en Kössen (Austria) y tuvo su continuación con la participación en el Trofeo Ramón de Carranza, no estuvo exenta de complicaciones. El contratiempo más grave llegó en forma de lesión: en un partido amistoso frente al Betis, Lussenhoff se fracturó la tibia tras realizar una dura entrada a Joaquín, lo que le mantendrá alejado de los terrenos de juego hasta mediados de noviembre.

Durante su estancia en Kössen, el Mallorca disputó cinco encuentros. Tras golear a un combinado tirolés, el once de Manzano cayó ante el Fenerbahce, turco, y el Hannover, alemán, y se impuso al Olympiakos de Giovanni y Karembeu. La estancia concluyó con un empate (0-0) con el desconocido Wacker Burghausen. A su regreso a Palma, Manzano valoró el juego del equipo en la concentración. Las buenas sensaciones se confirmaron cuando los rojillos se alzaron con la victoria en el Trofeo Carranza tras vencer al anfitrión, el Cádiz, y superar por penaltis al Valencia en la final.