Comienza la demolición parcial del Rey Chico para reducir su impacto visual
El edificio albergará el Centro de Artes Escénicas de Andalucía
Casi media década de polémica sobre la idoneidad estética del edificio del Rey Chico, situado a los pies de la Alhambra, en Granada, termina estos días tras el comienzo ayer de la demolición de una parte del inmueble y la ejecución de otras actuaciones de acondicionamiento que tienen como objetivo reducir el impacto visual de este edificio en el entorno protegido en el que se encuentra.
El inmueble fue construido para ser sede de un restaurante cuya actividad cesó al poco tiempo tras la apertura de una fuerte polémica sobre su inadecuado aspecto exterior tratándose de un edificio situado a los pies de la Alhambra. Las críticas provenían sobre todo del PP granadino, que acababa de alcanzar el poder municipal y apostaba por la demolición total del edificio.
La oposición a esta solución del PSOE y de la Junta de Andalucía (que mediaba en el asunto por su participación en el Patronato de la Alhambra) provocó un enfrentamiento que sólo se solucionó con la designación de una comisión de expertos, en principio neutrales, pero nombrados cada uno por el Ayuntamiento, la Junta y el Ministerio de Cultura.
El edificio es hoy de propiedad municipal ya que se acordó su compra por algo más de 600 millones de pesetas al empresario Virginio Sánchez. El objetivo era modificar el aspecto del inmueble para reducir su impacto visual.
El arquitecto Rafael Soler fue el encargado de redactar el proyecto de las obras que acaban de comenzar y que ha tenido que ser modificado en varias ocasiones hasta que la comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía le dio luz verde definitiva hace varios meses.
El proyecto no incluye sólo la modificación exterior del edificio sino la adecuación de éste para albergar al futuro Centro de Artes Escénicas de Andalucía y un centro de arte joven municipal. Las obras son financiadas principalmente por la Junta, que aporta 420.000 euros de los 511.000 euros que figuran en el presupuesto global. El resto será sufragado por el Ayuntamiento.
Desde la semana pasada los obreros están acondicionando la zona para el comienzo de las obras. Ayer se demolió el muro exterior de la terraza y está previsto que toda la torreta y parte de la planta del edificio queden destruidos para reducir su altura en unos cuatro metros y su espacio en 180 metros cuadrados. También se va a hacer un jardín en la azotea y se pondrán celosías de madera en las ventanas, según el concejal de urbanismo, Francisco Ruiz Dávila.
El aspecto rojizo del ladrillo será reducido pues se aplicará pintura blanca a algunas partes de la fachada. El inmueble tendrá, pues, tonos blancos, marrones y verdes, más acorde con los edificios que rodean a la Alhambra.
En el interior se va a construir una sala de usos múltiples, talleres, aulas y vestuarios para el Centro Andaluz de Artes Escénicas. Pero también será necesario arreglar los destrozos que tiene el edificio tras años de inactividad en los que incluso se han producido gran número de actos vandálicos.
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