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Entrevista:JEAN CRECHEZ | Psicoterapeuta

'El nacimiento de un hijo siempre debilita a la pareja'

'El nacimiento de un hijo siempre debilita a la pareja, porque va a tener que buscar un nuevo equilibrio en sus relaciones'. Lo dijo ayer en San Sebastián Jean Crechez (Oloron, Francia, 1953), mediador familiar y psicoterapeuta psicoanalítico de pareja, que participó en un seminario sobre conflictos familiares en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco.

Pregunta. ¿Cómo explica el aumento del número de divorcios en los últimos años?

Respuesta. Porque es cada vez es más fácil: hay una deculpabilización y también es menor el peso de la religión. El divorcio se está banalizando, y no estoy en contra. Pero creo que esta facilidad acarrea un problema: que la gente no puede superar el duelo, que necesita tiempo, madurez. En este sentido, pienso que uno de los problemas de la mediación familiar puede ser que se impida ese proceso, porque ahora hay una diabolización del conflicto, y el conflicto es muy importante para el trabajo de duelo.

P. ¿La terapia contribuye a que las parejas reconozcan las causas de su distanciamiento?

R. Hay algunas que creen que lo hacen por determinadas razones, parejas que alegan que la causa es la aparición de una tercera persona. Pero yo no he encontrado a ninguna pareja que se haya divorciado por esto. Ese es un síntoma, pero no el motivo de la separación. Si ocurre es porque en el funcionamiento de la pareja ya había problemas.

P. ¿El nacimiento de un hijo fortalece o, por el contrario, debilita a la pareja?

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R. Siempre debilita a la pareja, porque va a tener que buscar un nuevo equilibrio, antes sustentado en la sexualidad.

P. Muchas parejas alegan que no se separan por sus hijos. ¿Es mejor para un niño ver el desamor o a dos padres separados?

R. No se puede generalizar. Para empezar, no conozco a una sola pareja que no haya dado este paso por los niños, aunque ese sea su argumento. Si no lo hacen, es porque no pueden separarse. No sé qué es mejor para un menor. Pero creo que, si ve que su padre o su madre son infelices, se pregunta si es por él y aparece la culpa.

P. ¿Qué consecuencias acarrea el divorcio para un hijo?

R. Si el niño puede tener una relación normal con los dos padres, no lo acusa en exceso. El problema es cuando pierde el contacto con uno de los dos, porque no sabe lo que ocurre y vive la separación con complejo de culpa. Entonces sí que aparecen problemas de salud, de sueño..., y uno del que no suele hablarse, de que se compromete demasiado en la escuela, deja de ser niño y se convierte en adulto.

P. ¿La pérdida de ese contacto es la regla?

R. En Francia, en 1986, había estadísticas que decían que en una de cada dos separaciones el padre desaparecía de la vida del niño. Ahora ya no se da con tanta frecuencia por los trabajos de mediación, el trabajo realizado por los padres en defensa de sus derechos y la conciencia de que el niño debe contar con los dos.

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