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Reportaje:FÚTBOL | El gran fichaje del verano

Rodillas de cristal

Tres operaciones en el tendón rotuliano de la pierna derecha y varias tendinitis en la otra pusieron al jugador al borde de la retirada

Rodillas de cristal. O tendones rotulianos, una de las claves en su estabilidad. Ronaldo, potente y cuyos giros en carrera le han llevado a convertirse en uno de los grandes futbolistas de los últimos años, ha tenido precisamente en su forma de jugar su espada de Damocles.

Tres operaciones en la rodilla derecha por roturas del tendón rotuliano y dos tendintis acusadas, al menos, en el de la izquierda son el balance médico preocupante de una estrella que en abril de 2000, cuando se rompió por tercera vez, parecía desahuciada para el fútbol.

Fue especialmente dramático porque se lesionó en su reaparición tras cinco meses en el dique seco después de su segunda operación, en noviembre de 1999. Cuando llegaba al borde del área del Lazio, en la final de la Copa de Italia, el quiebro que quiso hacer con el balón se le volvió contra su rodilla. Se cayó solo, entre varios rivales y gritando de dolor. Todos se dieron cuenta rápidamente de que se trataba de algo grave. Y, siendo Ronaldo, mucho más doloroso. En su caso se cumplía el refrán de no hay dos sin tres y sólo su gran Copa del Mundo, ganado con Brasil, ha convertido en milagro real su recuperación.

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Pero la incógnita sobre si puede haber un no hay tres sin cuatro siempre está ahí. Porque la rodilla derecha, su punto más débil, está maltrecha desde la primera operación que sufrió en febrero de 1996.

Entonces todo pareció saldarse para bien con ocho semanas de baja. Pero dos años después, en septiembre de 1998, una tendinitis en ambas rodillas, que se había iniciado ya en julio en la izquierda sana, le quitó de la circulación por otros 20 días. Sólo había resistido para el Mundial de Francia, donde su supuesto ataque de epilepsia poco antes de la final, perdida por Brasil contra los anfitriones, completó aún más su historial médico.

Era además el anuncio de una recaída presentida. En noviembre, el tendón rotuliano derecho empezó a fallar y una tendinitis de tres meses apenas le permitió completar la temporada porque al curso siguiente debió ser operado por la rotura parcial del mismo tendón que no había resistido.

Aún le quedaba la tercera rotura completa y nuevos sustos, como la contractura muscular en el muslo de su pierna maldita, la derecha, en 2001, o la de noviembre, en la izquierda. Pero, al menos, sus tendones rotulianos resistieron. Y... hasta hoy.

Ronaldo, según los especialistas, ha sido víctima de 'un proceso degenerativo a causa del sobreuso, de la sobrecarga repetida o de antecedentes de infiltración por corticoides'. El jugador ha pagado sus tempraneros comienzos en la élite y sus escasos descansos.

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