Hallados en Francia 500 botes de un producto que ETA usa en sus explosivos
Los recipientes vacíos contenían 3.000 kilos de clorato de sodio, base para fabricar cloratita
La policía francesa está investigando el origen de 500 botes vacíos de clorato de sodio que fueron hallados el día 15 por un agricultor en un camino de la localidad de Biarrots, en el departamento de Las Landas, ya que dicho material es la base para la fabricación de cloratita, el explosivo que ha vuelto a utilizar ETA en sus atentados. Los recipientes, de entre cinco y diez kilos, contenían en conjunto unos 3.000 kilos de dicho producto, según fuentes de la lucha antiterrorista.
El clorato de sodio es un producto habitual en la agricultura, pero las fuentes consultadas indican que la cantidad que contenían 'es muy elevada para ser utilizada por un campesino'. Por ello una de las primeras hipótesis que se ha barajado es que haya podido ser abandonado por miembros de la organización terrorista, motivo por el que se ha hecho cargo de las pesquisas la División Nacional Antiterrorista de la Policía Judicial, aunque no se descarta que procedan de un vertido ilegal de un fabricante o comerciante de productos químicos.
Los botes son de distintas marcas y aún conservan las etiquetas, lo que facilitará seguir su rastro. Los fuentes preguntadas indicaron que antes de los robos de dinamita perpetrados por ETA en Grenoble y Plevin, la banda había realizado compras masiva de este producto, pero nunca se había hecho un hallazgo como éste.
El coche bomba con el que ETA atentó contra el cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola, los últimos colocados en Madrid y los artefactos que explotaron coincidiendo con el fin del semestre de presidencia española de la UE tenían cloratita. Desde 1999, las fuerzas de seguridad se han incautado a ambos lados de la frontera de casi 10.000 kilos de este explosivo, para cuya fabricación se require la adición de otros productos (como el azufre). Así, la cantidad que se podía elaborar con el clorato encontrado podría rondar las cuatro toneladas, una remesa con la que se podría atentar durante años. La carga media de cloratita de los últimos coches bomba fue de 40 kilos, aunque las dos furgonetas bomba que ETA quería hacer estallar en el centro Azca de Madrid en 1999 y que fueron interceptadas en Zaragoza portaban casi 1.700 kilogramos.
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