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Entrevista:LUIS BONÍAS | 'Disc jockey'

'La música de baile es un bien escaso que caduca muy rápido'

Luis Bonías nació en Sueca hace 36 años, y es uno de los disc jockey que aparece en el spot televisivo de la ONG Controla Club contra el abuso de drogas. Acaba de editar un disco utilizando un alias (OBNI) junto a otro dj, Frankie G. Lo edita el sello barcelonés Serial Killer, que distribuye material discográfico de grandes pinchadiscos como Francesco Farfa o José Padilla. El tema de Bonías ha sido remezclado por Robbie Rivera, famoso dj de Miami que, cuando pincha en un club de cualquier parte del mundo, cobra 6.000 euros, viaje en primera aparte.

Bonías lleva media vida en el cosmos de la música de discoteca, pero dice que hoy, como disc jockey, no le contratan en Valencia, aunque sí en muchos otros sitio. Quizás éste es el riesgo de intentar aunar la comercialidad con lo moderno, de compaginar ritmos que puedan gustar a los chicos de barrio que llevan los altavoces del coche a todo volumen, y a los cosmopolitas con piercing en la cara. En Inglaterra, esto se ha conseguido con un sonido llamado progressive house, que mezcla luz sutil y salvajismo oscuro. Pero aquí no.

Pregunta. Usted se encuentra al frente de una de las pocas tiendas valencianas de música electrónica, Musicolón, que nutre a público más convencional y a otro más avanzado. ¿Le cuesta mantener este equilibrio?

Respuesta. Siempre quise que la tienda no perdiera de vista la electrónica mayoritaria, pero que también estuviera muy atenta a las últimas tendencias en música de baile. Es cierto que muchos establecimientos se especializan en una cosa o en otra, de manera casi irreconciliable. Pero creo que éste es un modo de acercar los dos conceptos, de acercar los dos públicos, y de hacer que unos y otros no pierdan de vista que hay cosas interesantes fuera del ámbito estricto en el que se mueven.

P. Como otros compañeros suyos, a principios de los 90, usted podía pensar que la cabina de una discoteca valenciana estaba abocada al sonido bakalao. En cambio, se ha roto ese muro.

R. El bakalao nunca fue un nombre correcto, nunca fue nada. Se denominó así a la música de baile comercial, más o menos melódica, o más o menos machacona, pero en realidad refería un montón de estilos distintos con denominación propia, como el eurobeat. Bakalao era todo lo que se pinchaba, lo bueno y lo malo. Es cierto que muchos pensamos que del bakalao era difícil de escapar, aunque lo intentamos introduciendo ritmos más densos en algunos momentos. Pero nos relacionábamos con un público masivo, que no aspiraba a sutilezas. Las salas valencianas, por otra parte, no se han creado en torno a la figura del dj, como ha sucedido en otras partes, porque han temido que si se va su dj, se les va el público. El dj se ha considerado un accesorio, no un protagonista. Y esto ha impedido que el dj influyera decisivamente en el cambio de rumbo de las salas.

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P. Esto lo han hecho finalmente colectivos y promotoras, ¿no?

R. Entiendo que muchos colectivos de dj se crean para que sus integrantes tengan trabajo. La onda musical no se hace avanzar con un dj pinchando en sesiones minoritarias. En Ibiza, en una misma discoteca se programa el mejor tecno y el peor tecno, y no es un drama, cada estilo tiene su público. Es cierto que Ibiza es ahora un desastre, un supermercado de tendencias musicales para las masas. Pero me interesa la ausencia de complejos que se produce en sus cabinas.

P. ¿A usted, como profesional, le perjudican los complejos que aquí se viven?

R. Perjudican a la música de baile. El estilo inglés llamado progressive house ha sido capaz de llegar a todo público. Pero aquí, es rechazado por los que van de experimentales, porque lo consideran de garrulos. Y por los que quieren caña, porque esdemasiado experimental. En Inglaterra, este sonido mueve millones de libras. Aquí, es tierra de nadie.

P. Es el estilo que usted programa.

R. Básicamente. Pero me entero mucho de qué va el club antes de empezar la sesión, para saber por dónde van los tiros.

P. ¿Es el tecno un gran negocio, como el rock?

R. En mi opinión, es cultura antes que negocio. No tiene canales de difusión normalizados... La gente tiene acceso a las noticias de discotecas a través de informaciones chabacanas, y de radios fatales. El desconocimiento popular de sus características mercantiles es muy grande. La música de baile es un bien escaso que caduca muy rápido. Se editan pocas copias de cada disco, se envían muy pocas a las tiendas de cada país, y si te quedas sin alguna, no eres nadie. Funciona todo a velocidad demasiado rápida. Y a veces, este ritmo, lleno de carencias, te deja sin aliento.

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