'Hay que unir el talento y la pasión'
La selección de Sáez echa a andar hoy, ante la húngara, con una positiva sensación de normalidad
Más animada por el mañana que apesadumbrada por el ayer, la selección española empieza hoy (20.30, TVE-1) una nueva etapa con un partido amistoso en Budapest contra la húngara, en homenaje a Ferenc Puskas, que debe ponerla en condiciones de encarar el primero clasificatorio para la Eurocopa de Portugal 2004: frente a Grecia, el 7 de septiembre.
La vuelta se está haciendo esta vez más llevadera o menos traumática. Al igual que de tantos otros torneos, España salió muy lastimada de la reciente Copa del Mundo y le costará reactivarse porque siempre tuvo un tono afligido y nunca dejó de plañirse para justificar su fatalismo histórico. Pero ahora parece mejor dispuesta. No por nada, sino porque ha asumido las cosas con mayor naturalidad.
A superar la resaca está contribuyendo la renovación del equipo y su discurso. Hay mucha gente nueva, empezando por el propio seleccionador, Iñaki Sáez, y eso ayuda a remontar la adversidad. Ocurre además que la mayoría habla con normalidad, como si ya estuviera todo dicho; sin definir los objetivos, porque no conviene repetirlos; ni grandes declaraciones, porque sobran; ni otras historias, que no vienen a cuento. La excitación ha dado paso a la calma; el intervencionismo está de más ante el sentido común; el día a día se impone a los grandes proyectos. Puede que, en el fondo, todo tenga cierta sensación de interinidad, pero al cuadro le vendrá bien algo de serenidad y discreción.
'Poco a poco'
El asunto está en saber si Sáez y sus chicos son lo suficientemente adultos para repetir en la selección absoluta sus éxitos en las categorías inferiores aprovechando el valor de los ya consagrados, como Raúl o Valerón. 'Siempre hay que empezar el año desde cero. Tanto si sales ganador como perdedor del último campeonato', argumenta Sáez, convencido de que su equipo tiene la mayoría de edad para competir sin complejos. Su ideario desprende tranquilidad y hasta un punto de complicidad, acostumbrado como está a templar más que a motivar.
'¿Qué cree que ocurrió en el Mundial?', se le preguntó. Y respondió: 'Voy a procurar saberlo hablando con los jugadores. Con [José Antonio] Camacho ya estuve charlando tres horas en su casa'. A las demandas de costumbre, los tópicos: 'En este partido se trata de ver un poco cómo responden todos, analizar qué trabajo puede desarrollar cada uno, ver cómo funcionamos como equipo, dar una buena imagen...'. Y fue elocuente cuando era menester serlo: 'Es un amistoso, pero también el primer encuentro de una época y cada uno debe exponer las razones por las que quiere estar en la selección, aun sabiendo que no se va a poder jugar demasiado bien porque estamos a principios de la temporada y el sistema es diferente'.
Sáez habla de todo sin que parezca que es el que más sabe, ni tampoco el que menos, y se hace entender. 'Yo no pretendo marcar una impronta. No voy a ser tan pretencioso para exigir que el primer día ya se juegue como quiero', aseguró; 'sino ir poco a poco, en pequeñas dosis, marcando unos puntos'. 'Una selección debe ser un equipo y el equipo se hace encontrando el grupo', prosiguió; 'y, si consigues hacer el grupo, el equipo sale solo, notas que es capaz de remontar cualquier situación, sabes cuándo va a salir campeón'. 'La clave', matizó, 'es tener un poco más de suerte de la que ha tenido España hasta ahora y unir el talento con la pasión, o la furia como se le llama'.
En cualquier caso, no habla de fidelidades incondicionales -'las puertas están abiertas a todos'- y ya ha dejado dicho que los internacionales no deberán ser necesariamente titulares en sus equipos. 'El jugador español es muy profesional y respetuoso y va a estar con el seleccionador', concluyó. Sáez dijo que daría sus alineaciones los días anteriores a los partidos y ayer cumplió. Aseguró que hará dos equipos distintos, uno en cada parte y que sólo cuatro jugadores actuarán los 90 minutos.
Hungría: Kiraly; Bodnar, Dragoner, Juhar, Urban; C. Feher, Lisztes, Miriuta, Seboek; M. Feher y Tokoli.
España: Casillas; Puyol, García Calvo, Marchena, Bravo; Xavi, Orbaiz; Mendieta, Raúl, Vicente; y Morientes.
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