_
_
_
_
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Eduardo Rincón pone música al conflicto vasco

Estreno en Torroella de Montgrí de la partitura 'Tres paisajes vascos'

El artista Agustín Ibarrola, el escritor Vidal de Nicolás, presidente del Foro de Ermua, y el juez Antonio Giménez Pericás: los tres viven en el País Vasco, están amenazados de muerte por ETA y no pueden salir de sus casas sin que les acompañe al menos un escolta. Su amigo el compositor cántabro residente en Cataluña Eduardo Rincón (Santander, 1924), con el que coincidieron a principios de la década de los sesenta en el penal de Burgos, tras haber participado en una serie de huelgas contra el régimen de Franco, les visitó hace un año y de aquel encuentro y el impacto de la amenza permanente de ETA sobre sus vidas ha surgido Tres paisajes vascos, una partitura para orquesta de cámara, de 15 minutos de duración, que esta noche estrenará la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Praga en el marco del Festival de Torroella de Montgrí (Girona).

Condenado a muerte por Franco, Rincón entró por primera vez en una prisión cuando las tropas franquistas ocuparon Santader durante la guerra civil. Buscaban a su hermano y, como no lo encontraban, se lo llevaron a él. Era un adolescente y la prisión, donde compartió celda con el poeta José Hierro, cambió su vida. Allí empezó a estudiar música de la mano de otro prisionero y sentó, de forma autodidacta, las bases de su oficio de compositor. Con una vida marcada por una codena de muerte, Rincón no podía quedar indiferente ante la amenaza de ETA sobre la vida de sus tres amigos y, con la rapidez de quien se ve impelido por la necsidad de gritar ante la injusticia y la barbarie, no dudó en componer una obra en homenaje a Ibarrola, De Nicolás y Giménez Pericás.

Tres paisajes vascos es una partitura de paisajes emocionales. La obra está formada por tres movimientos que tienen como nexo común tres acordes que incluyen los 12 sonidos de la escala musical, un método que, según el propio Rincón, 'se aproxima a la pentatonalidad' y que dice le abre muchas posibilidades en sus creaciones. Los tres movimientos son: Mar, un andante que tiene a Vidal de Nicolás como destinatario; Gernika, un tiempo lento inspirado en Giménez Pericás, y El bosque pintado, un allegro en homenaje a Agustín Ibarrola que tiene como base el característico ritmo del zorcico, uno de los rasgos más emblemáticos, si no el que más, de la música vasca.

Los nervios del estreno hacían que ayer por la tarde Rincón estuviera haciendo retoques a una partitura que tuvo su primer ensayo por parte de la Orquesta de la Ciudad de Praga anteayer por la tarde. 'Tengo la sensación, tras el primer ensayo, de que me ha quedado algo corta, que cada movimiento da para más compases, pero las exigencias del encargo eran que la obra no durara más de 15 minutos. Tras el estreno volveré sobre ella para desarrollar y alargar más cada movimiento, en especial el tercero', asegura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_