Orejas en manos jóvenes

Tal vez conviene advertir que a El Fandi no le incluyeron en los carteles iniciales de la feria donostiarra. Antes de su inicio, y debido a los continuados éxitos en las actuaciones en este verano del torero granadino, le llamaron desde la empresa para que sustituyera a Enrique Ponce. Aceptó encantado, mas se encontró con que José Tomás, por las razones que sean, prefirió que el sustituto de Ponce fuera Vicente Barrera y no El Fandi. Dos días antes de la corrida de ayer, el propio José Tomás fue quien tuvo un percance que le impidió actuar. Automáticamente llaman a El Fandi. El joven diestro vuelve a aceptar el envite. Y ayer hizo el paseíllo como lo que es: un joven torero rico en deseos de triunfo.

La realidad de ayer fue que los toros que le tocaron en suerte a El Fandi no sirvieron. Sin embargo el torero en sus dos faenas robó todos los pases que los toros le dejaron. Ahora bien, con el capote y, sobre todo, con las banderillas, estuvo excepcional. Se puede decir que con las banderillas hace sonar las llaves del planeta.

Los pases de las faenas de los dos toros de Vicente Barrera recordaban mucho a los Alpes suizos. Su segundo toro era tan dócil e inofensivo como el gato de Demóstenes, pese a gastarse unos pitones descomunales.

César Jiménez se destapó en el sexto de la tarde. En su primero demostró bastante impericia, no así en el último. Valoramos que citara de lejos al toro en las primeras series para luego hacer un toreo largo y mandón. En ese toro hizo una faena de astuta belleza.