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Placeres | GENTE
Columna
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Los productos y la cocina australiana

Una de las actividades que nos había organizado Tasting Australia durante nuestra estancia en Adelaida era la de conocer los productos autóctonos australianos. El primer viaje en este sentido fue a Riverland, un lugar situado a orillas del río Murray, a unos 200 kilómetros de Adelaida. Nos trasladamos en avioneta, cosa que nos sorprendió, pero nos explicaron que debido a las grandes distancias que hay en el país, éste es un hecho habitual y que muchos granjeros tienen avionetas para no quedarse incomunicados e incluso para controlar los rebaños desde el aire.

A Riverland nos llevaron a conocer productos autóctonos vegetales y allí pudimos ver tipos de cítricos que no conocíamos y especias e hierbas aromáticas autóctonas que estaban empezando a cultivar. Nos explicaron que su intención era exportarlas. La compañía de Andrew Flike, el cocinero con quien habíamos estado la noche anterior, era primordial, ya que nos explicaba el cómo y el porqué de las muchas curiosidades que había allí. La visita fue interesante y recuerdo que comentamos que el día que se exportaran estos productos seríamos los primeros en usarlos, ya que son de buena calidad y no tienen sólo la particularidad del exotismo.

Probamos los cangrejos de río más grandes que he comido nunca, de unos 500 gramos cada uno

A continuación nos llevaron hasta el río Murray y en un barco anclado en la orilla nos prepararon una barbacoa. Probamos los cangrejos de río más grandes que he comido nunca, de unos 500 gramos cada uno, el emu o avestruz australiano y el canguro. Esta vez, la carne era a la parrilla y nos convenció más que la cola que habíamos comido el día anterior. Por la tarde fuimos a una plantación de quandog, una de las frutas que habíamos probado en el restaurante de Andrew. Estaba situada en una finca inmensa, donde nos pasó algo muy curioso. Mientras nos maravillábamos con sus productos más exóticos para nosotros, pasamos junto a unos almendros que tenían almendras aún tiernas. Cuando comentamos que en España se utiliza desde hace unos años la almendra tierna en los restaurantes, los australianos pusieron cara de sorprendidos. La conclusión es que el concepto exótico o raro es un hecho natural que depende de dónde vivas y de lo que conozcas.

En cuanto a la cocina australiana, al tratarse de un país joven (lo descubrió el capitán Cook en 1770) no tiene una gran tradición culinaria, mas allá de la de los aborígenes. La cocina australiana actual se ha ido construyendo con la importación de platos de países muy distintos, y todo ha ido sumando hasta desembocar en una fusión que no parece tener nada de artificial. No hay que olvidar que el término cocina fusión nació en Australia, para incorporarse más tarde a Estados Unidos y a Europa. Esto hace que un amante de la gastronomía tiene en Australia la posibilidad de comer, por un lado, en un restaurante de cocina tradicional china, japonesa, finlandesa, francesa, etcétera, y por otro en restaurantes de cocina fusión, que podríamos llamar de cocina contemporánea australiana.

Otro dato que llama la atención es la cantidad de revistas dedicadas a la gastronomía que hay en Australia y en Nueva Zelanda, todas con un diseño y una calidad de fotos al máximo nivel. De Nueva Zelanda, por cierto, todo el mundo habla maravillas, tanto por sus paisajes y bellezas naturales como por el interés que muestran sus habitantes hacia la gastronomía. Otro dato a tener en cuenta es la calidad del interiorismo de los restaurantes, que en Australia casi siempre se caracterizan por tener una arquitectura moderna.

(Con la colaboración de Xavier Moret).

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