Desolador

Conmovedora o desoladora la información titulada Pesadumbre en la colonia vasca (¿colonia?) sobre el efecto de 'repulsa' que el atentado de Santa Pola causó en los, al parecer, numerosos ciudadanos vascos que residen allí. No sé si lo que apareció escrito es un fiel reflejo del sentir de dicho colectivo (¿es un colectivo?) o una mera muestra aleatoria. En cualquier caso, qué escasas me parecieron las muestras de repulsa. Tampoco encontré una sola declaración de auténtico desprecio hacia la banda terrorista, incluyendo no sólo sus actos, sino sus fines e 'ideas'. Si fue por miedo (puede ser lógico), hubiera preferido leerlas sin ser adjudicadas a nombres propios, pero leerlas. Me puse a pensar y creo que si los terroristas fueran de mi región, yo me desgañitaría por vergüenza torera por desacreditarles una y otra vez, aunque al hablar con un periodista no diese mi nombre. Incluso creo que la gente esperaría eso de mí (¿se espera hoy en día?). Y creo que yo no me sentiría molesto por ello. Y sobre todo si viviese todo el año o parte del mismo en otra región. Me parece a mí que el eufemismo del 'conflicto vasco', más que un análisis político, merece una disección psiquiátrica. Llegaríamos al fondo mucho antes.