Kenteris hace de Michael Johnson
El campeón olímpico y mundial gana los 200 metros con una grandiosa marca de 19,85s
Konstantino Kenteris aparece poco, pero cuando lo hace no falla. Venció por sorpresa en la final de 200 metros en los Juegos de Sydney, ganó en los Mundiales de Edmonton y aplastó a sus rivales ayer en Múnich, donde hizo de Michael Johnson europeo. En una distancia que se ha empobrecido desde la retirada del excepcional atleta estadounidense, Kenteris logró una marca de primer nivel, 19,85 segundos, en la línea de lo que consiguieron gente como Carl Lewis, Joe de Loach o Frankie Fredericks, por citar a gente de calado en los 200 metros. Su dominio fue apabullante. Con un físico desbordante, troquelado músculo a músculo, corrió con una fortaleza que no encontró respuesta en sus rivales, mucho más livianos. A escala continental, recordó la carrera de Michael Johnson en los Juegos de Atlanta, donde puso el récord mundial en 19,32 segundos. Sin embargo, el prestigio de la marca de Kenteris no conmovió a la gente, que a lo sumo aplaudió cortésmente. En algunos rincones del estadio se escucharon los mismos silbidos que se dedicaron a su compatriota Ekaterina Thanou, vencedora en los 100 metros femeninos.
A la gente no le gusta que los velocistas griegos permanezcan tapados durante todo el año, con excepción de sus brillantes apariciones en competiciones del máximo nivel, como es el caso de los Campeonatos de Europa. Tampoco les ayudan las noticias que corrieron sobre precipitada huída de la reunión de Atenas, cuando, al parecer, se supo que acudirían funcionarios de la comisión antidopaje para controlar a los atletas. Kenteris no ha participado en ninguna de las grandes reuniones de verano. Y de las pequeñas, sólo aquellas que se han disputado en Grecia, donde es el deportista más popular del país.
Con 29 años, su progresión fue tan tardía como inesperada. Fue un discreto especialista de 400 metros que bajó de distancia hace cuatro años. Pertenece a la cuadra de Cristos Tzekos, un millonario de la industria de la parafarmacia que ha reunido en su equipo a los mejores atletas griegos, un poco al margen de la federación. La pista de los velocistas griegos pasa por Canarias, Sudáfrica y Cuba, los tres lugares a los que suelen acudir en los periodos de preparación. Detrás de su éxito se esconde la sombra de Jan Erbeitz, uno de los responsable de atletismo en la antigua RDA. Erbeitz terminó en Grecia tras la caída del muro, después de un intento de instalarse en Australia, donde la opinión pública se pronunció de forma clamorosa contra la idea de poner a sus mejores atletas en manos de un hombre sospechoso de participar en la maquinaria de dopaje en la RDA.
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