El deporte de alta competición conlleva un abanico de trastornos físicos y psíquicos, según un experto
El deporte de alta competición supone un sobreesfuerzo que conlleva a su vez un abanico de trastornos físicos y psíquicos, según explicó hoy en Laredo (Cantabria) Bernardo Marín, director del seminario 'Introducción a la medicina de la educación física y el deporte' de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria.
Tras indicar que "los deportistas de élite son enfermos de élite", este experto señaló que la 'robotización' del deportista es cada vez más frecuente", de forma que "se estudia de manera exhaustiva la estructura y la coordinación del movimiento con el fin de conseguir la mayor eficacia y rendimiento".
Marín que señaló que la instrumentalización del cuerpo humano encuentra en la técnica uno de sus mejores aliados y las Olimpiadas se convierten en el escaparate mundial para mostrar los mayores avances en pro de un mejor resultado deportivo.
Así, explicó, algunos nadadores que participaron en las Olimpiadas de Atlanta mejoraron sus marcas gracias a la utilización de una fibra que permite un mayor deslizamiento y una mejor absorción del sudor. "Los deportistas no se dan cuenta de que, con la instrumentalización de su cuerpo, dejan de ser humanos", dijo.
Indicó en este sentido que el dopaje es uno de los mayores peligros del deporte de alta competición. El consumo de sustancias para mejorar el rendimiento deportivo entraña peligrosas consecuencias que, en el peor de los casos, pueden conducir a la muerte.
"El dopaje acorta la vida del deportista y ocasiona muertes prematuras, como los diez fallecimientos registrados en el mundo del ciclismo desde 1987 a 1995", subrayó.
Para Marín, los controles anti-dopaje, todavía inexistentes en algunas prácticas deportivas, poseen un valor coercitivo y disuasorio, aunque claramente insuficiente frente a los continuos avances de las sustancias dopantes, que van muy por delante de los exámenes de detección.
"Los dopajes del futuro se basarán en la modificación del genoma humano y ya se están haciendo estudios experimentales con ese objetivo", indicó.
Destacó igualmente que en el plano psíquico, la práctica del deporte de alto nivel y la instrumentalización del cuerpo para desarrollar al máximo las cualidades físicas y mentales origina graves alteraciones en la percepción personal del deportista.
Así, según Marín, se produce un endiosamiento y una 'superpersonalización', que lleva a ver al resto de las personas como seres inferiores. "Es un trastorno psicopatológico que provoca muchos problemas y conflictos de convivencia con el entorno", concluyó.
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