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Reportaje:Campeonatos de Europa al aire libre | ATLETISMO

Marchar 'pegado al suelo'

Paquillo Fernández busca refrendar en los 20 kilómetros su récord mundial

Manuel Alcalde dejó de ir a Font Romeu porque Paquillo Fernández se deprimía y no hacía vida. 'Me veía llegar hinchado, casi sin pelo y cansado, muy cansado, por la quimioterapia, y se venía abajo. Llevaba un aspecto impactante', recuerda Alcalde, que aún tiene el pelo raro, con un corte alto y rizado por encima del cuello, pero que ya no está cansado ni hinchado ni desanimado. 'Y si Paquillo se venía abajo, allí en Font Romeu, concentrado tan lejos de su Guadix, se hundía. Y así le fue 2001. Así que este año, que yo he seguido con la quimio y también me han dado radioterapia, que intentaba estar con él los fines de semana, avión desde el hospital de Barcelona y vuelta, ha decidido quedarse en un hotel a pie de Sierra Nevada, a 1.400 o 1.500 metros de altitud, a sólo 15 kilómetros de casa, con lo que estaba concentrado pero no y no se sentía solo', explica. Alcalde ha empezado a ver la luz del final de su enfermedad, un tumor cerebral del que se operó con metástasis y que combate con quimioterapia. Y Paquillo, más maduro y feliz, está teniendo su mejor temporada.

Paquillo, antes, salía a competir solo. Un marchador chiquillo perdido y sobreimpresionado en los Mundiales de Sevilla 99, en los que fue 15º en los 20 kilómetros; los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, en los que se retiró, y los Mundiales de Edmonton 2001, en los que por fin salió medio contento: séptimo y finalista. 'Le afectaba mi situación', dice Alcalde. A finales de abril de este año, Alcalde, que fue marchador de buen nivel, viajó por primera vez en mucho tiempo con Paquillo. Era una prueba en Turku (Finlandia). Marchaba también su ídolo de siempre, el mítico polaco Korzeniowski. Paquillo anduvo como nunca. Tan deprisa y tan bien que batió el récord del mundo de los 20 kilómetros, su distancia: 1h 17m 22s.

'Esa marca fue el fruto de años y años de entrenamiento', advierte Paquillo; 'soy constante y disciplinado y me siento más maduro, mejor competidor. Uní todo eso y lo hice valer un día con un momento de forma extraordinario. Cogí la oportunidad'. Fue la exhibición, la demostración del gran cambio de Paquillo, que siempre había arrastrado la mala fama de ser un mal competidor, de ofrecer más de lo que da.

Antes, cuando era la gran promesa, Paquillo, de 25 años, se dejaba seducir por el estilo mexicano: la engañosa flexibilidad; el andar elástico, sinuoso, de sus marchadores, que parecen de goma y botan. 'Pero después nos fijamos en Robert, un genio, y sobre todo en la repentina marea que nos llegó de Rusia: jovencitos desconocidos que aparecían con marcas en torno a 1h 18m. Nos dimos cuenta de que tenían una tremenda musculatura en el tronco superior, de que allí estaba la clave', indica Alcalde. Desde entonces, hará un par de años, Paquillo se pasa tres o cuatro veces por semana por el gimnasio para hacer pesas. Le gusta tanto que Alcalde tiene que vigilar, aunque sea desde Barcelona, para que no se ciegue. 'Es el más profesional de todos los marchadores', se admira; 'le tienes que frenar porque es muy exigente consigo mismo'. Y hace pesas. Y marcha por las carreteras vecinales de Granada, conocida por todos, a la legua, su silueta escueta, más de 150 kilómetros a la semana. Y también hay una psicóloga que le hace centrarse en sí mismo, en sus necesidades; que lo encarrila. 'Y hasta se apuntó a aprender inglés', cuenta Alcalde, 'pero lo dejó por falta de tiempo'.

Ha desarrollado la musculatura. Ahora, cuando tira de los brazos, tira de verdad. Tira tanto que es como si con cada brazada dejara suspendidas las piernas, flotando. 'Así va como bailando', apunta Alcalde; 'las piernas están sueltas, no están agarrotadas. Es un marchador más potente, más seguro, más pegado al suelo'. Un marchador que ya ha superado a su mito, a Korzeniowski, y a todos los que le servían de referencia: 'Es un marchador mucho mejor preparado que el año pasado; un marchador que puede ir bien si la prueba es rápida, pues anda los 10 kilómetros más deprisa que nadie, y también si sale lenta y hay que acelerar al final'.

'Estoy preparado para todo. Estoy mentalizado para lo que caiga', resume Paquillo; 'he hecho el récord del mundo y tengo que ir a por todas porque estoy bien y lo voy a refrendar. Aunque quizás esta forma de afrontarlo sea un error por mi parte, por parte de la prensa, por parte del público, porque lo importante es disfrutar, la marcha es difícil y los rivales no son cojos'.

Paquillo Fernández.
Paquillo Fernández.

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