La torería según Frascuelo
Por segundo domingo consecutivo, un torero nacido en Madrid y al que llaman Frascuelo, un respeto, dictó lección de torería para quien quisiera aprender y a la vez deleitarse. Ante unos toros nada fáciles, que rehúyen las denominadas figuras del toreo. Toros que desarrollaron casta con muchos matices, para pedir en todo momento las acreditaciones de matador de toros. Que pelearon desigualmente en el caballo y después embistieron o se pusieron a cantar por peteneras, pero con el eco su aquel de rabioso
Sacaron al maestro Frascuelo a saludar cuando se deshizo el paseíllo, y él a su vez invitó a sus compañeros de cartel, como es preceptivo. Y después, el torero de rancio abolengo correspondió con un toreo de capa, en el saludo a su primero, impregnado de arte, señorío y cadencia. Tres verónicas por cada pitón puras, el vuelo alado, abrochadas con una media arrebujá. En la faena de muleta, a continuación, derrochó esencias. Naturales y redondos muy templados. No hubo series ligadas, más sí trasteo consustancial. La clase, ni se compra ni se vende.
Hernández Pla / Frascuelo, Martín, Vivas
Toros de Hernández Pla, desigualmente presentados, de juego irregular; 1º y 2º, encastados; 4º y 5º, con genio; 3º, noble y flojo. Carlos Escolar, 'Frascuelo': estocada (oreja); estocada atravesada casi entera y descabello (ovación). Miguel Martín: estocada desprendida y tres descabellos (silencio); estocada baja (silencio). Curro Vivas, que confirmaba la alternativa: pinchazo y estocada (ovación); estocada (silencio). Plaza de las Ventas, 4 de agosto. Un cuarto de entrada.
En su segundo, un toro de genio que echaba arriba la cara al finalizar el lance, Frascuelo, sin descomponerse, lo pasó por ambos pitones en el último tercio y se lo quitó de en medio con brevedad y prestancia. El Andujano había puesto un brillante par de banderillas.
Miguel Martín banderilleó a sus dos toros con poderío y facilidad, valiente y enterado. A su primero, noble, le hizo una faena compuesta, sin estridencias, amoldada a las condiciones de la res. En el quinto, un cárdeno picajoso, que no le dejó estirarse demasiado, realizó un meritorio trasteo por el lado izquierdo.
Curro Vivas, en el toro de su confirmación se mostró seguro, valeroso, quiso ser y lo fue, sobre todo en una faena de muleta asentada, en la que aguantó parones y miradas, y dio muletazos más que meritorios. Rubricó con una buena estocada su actuación, como hiciera en el sexto, un rajado burel mirón, que despenó de certero, torero estoconazo.
Al final, por la calle de Alcalá, créanme, el personal iba toreando a la verónica, la cintura un roto compás fundido en plata, las palmas de las manos música celestial. Olé Frascuelo.
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