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La 'ley seca', en suspenso por las fiestas de Centro a los 6 días de entrar en vigor

El Consistorio permite beber a los vecinos en las calles próximas a Cascorro

A falta de una ordenanza municipal que desarrolle la Ley sobre Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos respecto a cómo actuar durante las fiestas patronales, la Policía Municipal permitió anoche a los ciudadanos beber alcohol en la calle, pero sólo dentro de los espacios o recintos feriales próximos a Lavapiés y a la plaza de Cascorro. El Ayuntamiento no tenía autorizado hasta el próximo martes que los bares sacasen a la vía pública sus barras adicionales para servir alcohol, aunque la mayoría de los de la calle de Argumosa instalaron sus barras fuera de sus locales, con total impunidad.

El día 6 comenzarán de forma oficial las fiestas en honor a san Cayetano, seguidas de las de san Lorenzo y la Virgen de la Paloma. Pero, ayer, la lectura del pregón por la actriz Florinda Chico supuso ya el arranque de los festejos de san Cayetano en el barrio de Embajadores. El concejal de Centro, Carlos Martínez Serrano (PP) reconoció que la ley seca regional, en lo referente a las fiestas patronales, es muy ambigua y no determina concretamente en qué zonas se puede beber alcohol durante esas jornadas festivas.

Barra libre

Así, el Ayuntamiento autorizará el consumo según los días y las fiestas: los vecinos y visitantes podrán beber alcohol en la plaza de Cascorro y aledaños los días 6, 7 y 8 (fiestas en honor a San Cayetano); los días 9, 10 y 11 (san Lorenzo) podrán hacerlo en la plaza de Lavapiés y en la calle de Argumosa; y los días 12, 13, 14 y 15 (Virgen de la Paloma) podrá haber botellón en Las Vistillas y en la plaza de la Paja. En esos lugares y sólo esos días, los bares tienen autorización para sacar las barras a la vía pública.

En la calle de Argumosa y en la plaza de Lavapiés las fiestas de San Lorenzo empezarán el día 9. Pero anoche los feriantes ya habían montado las tómbolas y los puestos ambulantes de comida y bebida, con terrazas incluidas. Además, los bares de la zona sacaron las barras a las aceras desde las 19.00 y sirvieron alcohol sin cortapisas.

Los minis de cerveza se anunciaban en carteles, escritos a mano, por cuatro euros. Los de mojito (bebida cubana elaborada con ron y menta), a 14. 'Hemos montado los puestos con autorización del Ayuntamiento. Tenemos todos los papeles en regla', aseguró la encargada de uno de los puestos ambulantes mientras atendía sin parar a los clientes. La música atronadora de las tómbolas y de las casetas de tiro al blanco llenaba el ambiente de la calle. Las ráfagas de viento que soplaban de vez en cuando apenas dejaban en pie los regalos que anunciaba con frenesí uno de los feriantes en una tómbola.

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Casi todos los bares y heladerías de la calle de Argumosa y la plaza de Lavapiés, alrededor de 10, atendían en la calle con una barra adicional. 'El Ayuntamiento no nos ha dicho nada de cuándo podíamos poner las barras. Pero el proveedor nos ha traído las cosas hoy y yo me he puesto a servir', señaló el propietario de un bar. Los transeúntes que paseaban por Argumosa, ante la imposibilidad de sentarse en las terrazas llenas, compraban minis en los bares y se los llevaban para beberlos en la calle.

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