La tartamudez se debe a un defecto estructural en el cerebro, según un estudio alemán
La tartamudez persistente, muchas veces achacada a factores emocionales, se debe sin embargo con una anormalidad estructural en el hemisferio izquierdo del cerebro, aseguran científicos alemanes. Los resultados del estudio dirigido por Martin Sommer y sus colegas de las universidades de Hamburgo y Gottingen se publican hoy en la revista The Lancet e indican que la tartamudez es el resultado de la mala conexión entre áreas relacionadas con el habla en la corteza cerebral.
De esta tartamudez, que afecta al 1% de la población no infantil y tiene una base genética, no se conocen ni el origen ni la base estructural concreta. Los científicos alemanes han estudiado con resonancia magnética los tejidos cerebrales en 15 personas tartamudas y 15 con habla normal. La estructura de los tejidos en una región del hemisferio izquierdo ha resultado ser significativamente diferente en los tartamudos. Haces de fibras nerviosas conectan en esta región centros relacionados con la articulación y la planificación del habla, y una defectuosa transmisión de las señales explicaría la dificultad para conseguir una producción fluida del habla. Los autores del estudio comentan: 'Esta anormalidad se desarrolla probablemente en el periodo de adquisición temprana del lenguaje y el habla, durante el cual muchos niños experimentan una fase transitoria de tartamudez. Con nuestros métodos podríamos saber por qué algunos niños desarrollan una tartamudez persistente mientras que otros no'.
Hace un año se hallaron los primeros indicios de anormalidades anatómicas cerebrales relacionadas con la tartamudez y también de una mayor activación del hemisferio derecho en personas tartamudas. Según Sommer, la tartamudez se debe a una falta de sincronía en la activación de áreas relacionadas con el habla en el hemisferio izquierdo y la sobreactivación del derecho refleja sólo un mecanismo de compensación.
