El Olimpia paraguayo, campeón de América

El Olimpia paraguayo se proclamó campeón de América al vencer por penaltis en la final de la Copa Libertadores al São Caetano brasileño y será el rival del Real Madrid en la Copa Intercontinental.

Equipos brasileños y argentinos se habían repartido los once últimos títulos. Por eso, ni los más optimistas hinchas del Olimpia soñaban con poder cortar esa racha. Pero la confianza del equipo guaraní crecía con el tiempo. Tras eliminar nada menos que a Boca Juniors en cuartos y al Gremio en semifinales el sueño estaba al alcance de la mano. Por su parte, el São Caetano, con sólo 12 años de historia a sus espaldas, quería mostrar en todo el continente ese fútbol preciosista que le había convertido en la gran revelación brasileña de las dos últimas temporadas. Una final inédita, inesperada, y con un desenlace lleno de intriga hasta el último instante. Los brasileños habían vencido en el partido por 0-1 en el partido de ida que se jugó en el estadio Defensores del Chaco en Asunción.

Esa derrota sumió al Olimpia en una crisis de proporciones incalculables de manera instantánea. El presidente del club Osvaldo Domínguez cargó con dureza contra sus jugadores, a los que acusaba de estar más interesados en pasar su tiempo con prostitutas que en concentrarse para el choque de vuelta. En Brasil ya se vivía otro éxito tras el Mundial. Pero el milagro se produjo. Y la historia estaba de parte del Olimpia. El club más laureado de Paraguay ya había levantado dos Copas: en 1979 frente al Boca en plena Bombonera y en 1990 ante el Barcelona de Guayaquil con el ex jugador de Zaragoza y Barcelona, Raúl Amarilla, como goleador. Y en todo el continente se le rinden honores de equipo grande. Pese a que el São Caetano se fue al descanso con un gol de ventaja, el Olimpia remontó con dos tantos de Córdoba y Báez, y fue mejor en los penalties.

Fundado en 1902 por un profesor holandés, es un equipo duro en defensa, poco creativo, porque no cuenta con jugadores desequilibrantes, pero con una fe y un espíritu de sacrificio poco comunes. La velocidad del ex españolista Benitez contrasta con la dureza del cacique Enciso, capitán y lider espiritual de un conjunto que se cierra atrás, ralentiza el ritmo del partido y en ataque vive casi exclusivamente de los centros al área desde los costados para buscar al rematador Báez o las llegadas del volante diestro Orteman. Y en el banquillo todo lo dirige el ex guardameta internacional bético Nery Alberto Pumpido.