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Reportaje:

El mundo mágico de Alicia llena el Conde Duque

La compañía checa Ta Fantástika trae a los Veranos de la Villa una obra fundamental del Teatro Negro de Praga

Alicia se ha hecho mayor. Ya no es la niña a la que dedicó Lewis Carrol su Alicia en el País de las Maravillas. No juega con conejos que hablan, ni con gatos sonrientes, ni toma el té a la hora del té. Está descubriendo el mundo de la mano de dos payasos y un mago. La compañía checa Ta Fantástika trae hoy a los Veranos de la Villa del Conde Duque la obra Aspectos de Alicia, un espectáculo de sonido, música, baile, mimo y muy pocas palabras.

La historia de esta obra, que forma parte del llamado Teatro Negro de Praga, comienza cuando acaba el libro de Carrol. Entonces se abre el mundo fantástico de Alicia. De ella y de los espectadores. Éste es el mensaje que quiere lanzar el director de gira de esta pieza, Julius Hirsch. Aspectos de Alicia lleva 12 años escenificándose en Praga, y ha dado la vuelta al mundo. Alicia ha hecho 4.000 representaciones. En ellas, según Hirsch, la fantasía siempre es diferente.

Sobre el escenario sólo hay cuatro actores. Los demás están ocultos en la oscuridad
La pieza está llena de símbolos que hablan de la historia de la antigua Checoslovaquia

La joven pasa por las distintas etapas de la adolescencia y llega a la madurez escuchando de fondo la música de autores checos como Bedrich Smetana y Antonín Dvorák. La actriz Radka Pokorna, la protagonista, ve pasar los años rodeada de objetos mágicos y payasos que vuelan. 'No existe un hilo argumental', afirma el director de la gira. 'Los espectadores se dan cuenta de eso y se dejan llevar por el ritmo y la forma de narrar, aunque también hay gente que se cierra y no entra en el mundo de la fantasía', reconoce.

Cada espectador es libre de interpretar la evolución que sufre la protagonista, algo que ha comprobado el director en todos los lugares que ha visitado con esta obra.

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La propia actriz que hace el papel afirma que cada noche encarna a una Alicia muy distinta. 'Con esta obra se siente una más libre, no existen los límites. Cada noche es diferente, porque cada noche me siento diferente. Así es todo más natural y más fuerte', explica.

Pokorna dice que su personaje tiene 'la pureza del alma de una niña que se enfrenta con cosas de la vida como el dolor, la enfermedad y las lágrimas. Se enfrenta con el mundo'. 'Muchas veces', añade Alicia, 'no veo ningún cambio entre mi vida real y el espectáculo'.

Ese mundo del que habla la actriz está lleno de sufrimiento, pero también de magia. Los actores invitan a los espectadores a entrar en ese lugar fantástico, lleno de objetos voladores. La técnica que emplea la compañía Ta Fantástika hace que el Teatro Negro, basado en la técnica de la cámara oscura y en la primacía de los gestos y la música sobre las palabras, sea muy diferente a todo lo ya visto.

En un escenario negro, sólo iluminado por una luz ultravioleta, se sitúa un grupo de actores, también vestidos de negro. Nadie los ve, pero sí el efecto que crean. Parece que los objetos se mueven solos y a los espectadores les cuesta entender que Alicia y los payasos floten. No hay hilos que los enganchen. Aunque en realidad sí los hay. Pero no se ven. Y Julius Hirsch no desvela el secreto de los objetos voladores. 'El sistema es más fácil de lo que se puede imaginar, pero no se puede decir, porque somos magos', recuerda.

Sólo cuatro actores resultan visibles para el público: Alicia, el mago que la lleva a ella y a los espectadores a través de la historia (interpretado por Matèj Kopechky), una payasa (Denisa Zisková) y un payaso (Vladimir Gut) que hacen reír a la protagonista. La obra viene acompañada de una proyección de dibujos animados, creados especialmente para este montaje. La oscuridad es total durante la representación, algo difícil de conseguir al aire libre, como ocurre en el patio central del Conde Duque.

La iluminación se apaga y los cuatro actores hacen que la historia transcurra dentro de un pequeño haz de luz. Esta técnica de la cámara oscura fue utilizada por primera vez en China, en el siglo XVIII, según Julius Hirsch. Esa forma de hacer teatro se extendió tanto que luego se convirtió en cine. La oscuridad a veces se ilumina con objetos voladores como muñecas, una casa o una pértiga sobre la que los payasos y la propia Alicia vuelan.

Cuando todo se oscurece, el mago conduce a la Alicia que ha salido del libro de Lewis Carrol por su nueva vida. Pero la invitación al mundo mágico también la hace al espectador. Este personaje coge a gente del público para que forme parte de la obra, dentro del escenario. Aunque en realidad son actores camuflados. 'No se trata de un engaño, sino de un símbolo', aclara Julius Hirsch. 'Significa que ese actor que escoge el mago, que está entre el público, también puede jugar el juego, igual que usted, que está sentado a su lado. Todos pueden dejarse llevar por su fantasía y volar'.

Aspectos de Alicia está llena de símbolos que contienen parte de la historia de la antigua Checoslovaquia. La obra se creó tres meses después de la Revolución de Terciopelo (noviembre de 1989). En ese momento, los checos se echaron a la calle y lograron derrocar al Gobierno de inspiración soviética. 'Por eso hay escenas muy significativas', explica Hirsch. La música tiene mucho que decir en la obra. Mi patria, de Smetana, y las Danzas Eslavas de Dvorák suenan a lo largo de la representación.

En el momento en que se escucha un extracto de Mi patria, Alicia está encerrada en un pequeño saco e intenta salir. Lo consigue luchando. 'Para nosotros', afirma el director de la gira, 'tiene un sentido y un significado muy fuerte esta escena. La música de estos dos compositores checos está presente en momentos clave de nuestra historia. Cuando la gente salió a la calle a manifestarse contra el régimen ruso, en las plazas se escuchaba esta música'.

El público ha cambiado y, según Hirsch, ya no reacciona como antes. 'Aunque la gente no lo capte ya, nosotros lo sentimos de una forma muy fuerte. Hace años, recuerdo que los espectadores se emocionaban y aplaudían al ver la escena de Alicia encerrada en ese espacio tan reducido'. Símbolos parecidos van y vienen a lo largo de Aspectos de Alicia, a través de los objetos o de la propia música. Incluso los trajes de los actores que se esconden en la oscuridad son de terciopelo.

Aspectos de Alicia. Compañía Ta Fantástika. Entre hoy y el viernes, a las 22.00. Entradas: 15 y 20 euros. Patio central del Conde Duque. Calle del Conde Duque, 9 y 11. Accesos por Patio Norte y Patio Central.

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