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Entrevista:INÉS PARÍS | Realizadora y guionista

'¿Por qué no hacer un cine entretenido y que cuente cosas?'

Inés París se ha destapado como una guionista y realizadora de éxito tras la buena acogida de público y crítica de A mi madre le gustan las mujeres, su debut en la dirección junto a Daniela Féjerman. Aunque estudió filosofía siguiendo los pasos de su padre Carlos París, conocido filósofo y ex dirigente del PCE durante el franquismo, esta valenciana se dejó seducir por el teatro, la televisión y el cine. Películas como Sé quién eres o series como Todos los hombres son iguales llevan su firma. París ha visitado recientemente Valencia para ejercer de jurado en Cinema Jove y recoger un premio de la cartelera Turia.

Pregunta. ¿Un guionista incorpora muchas vivencias propias?

Respuesta. Al principio pensamos que lo único que importaba eran historias lejanas a uno mismo, como un atraco o una muerte; luego pensamos que lo más interesante era lo que a uno le pasaba. Partimos de vivencias propias, las relaciones con los tíos, con tus padres, con tus amigos, con tu trabajo. Y luego eres un poco vampiro y utilizas todo lo que oyes y ves.

'Es también la historia de una generación, de los hijos de la izquierda que viven desconcertados'

P. ¿El padre de A mi madre... está inspirado en el suyo?

R. No le conté a mi padre que había un personaje cercano a él. Y cuando vio la película, que le gustó, le dije que el padre tenía cosas de él como, por ejemplo, cuando la hija le plantea que a mamá le gustan las mujeres y le pregunta si no le extraña. Entonces el padre responde: 'Tú no has leído a Safo'. Es característico de mi padre y de los que viven varios palmos por encima de la realidad. Me dijo que el personaje le había parecido muy normal.

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P. ¿Cuándo da el salto al cine?

R. Daniela y yo trabajamos juntas cuatro o cinco años en televisión y aprendimos el oficio al escribir todos los días. Pero nunca las cosas que verdaderamente queríamos. Pensamos entonces en escribir guiones de largo, siempre manteniendo nuestra relación con la televisión, que nos permitía comer y aún hoy. El cine, en cambio, nos ha permitido hablar de lo que queríamos, pero es un mundo en el que no hay continuidad.

P. Debutó como guionista de largos en Sé quién eres

R. Fue una batalla terrible. Aquí todo el mundo es autor. Los directores nos decían que estaba muy bien, pero '¿por qué no escribís estas ideas que tengo?'. Por otro lado, era una película con implicaciones políticas, cine para adultos. Nos dijeron que al público no le interesaba una historia que tiene que ver con la transición. Y nos propusieron conservar los elementos que gustaban de la historia romántica (un hombre sin memoria, una mujer en crisis), pero que, en vez de una trama política, que fuese de droga. Eso no era problemático. Pero contar que todavía hoy puede haber gente en puestos de responsabilidad que tuvieron que ver con los trapos sucios de la transición....

P. ¿Pero la transición puede dar mucho de sí en el cine?

R. ¿Por qué no hacer un cine entretenido y que cuente cosas? El vehículo del thriller es muy útil para la intriga, pero detrás hay que hablar de algo. Algunos directores consagrados nos decían: 'Está bien pero esta parte del guión es muy americana. En vez de esto, que todo sea un diálogo a orillas del Miño entre el hombre sin memoria y la doctora'. ¡Qué rollo!

P. ¿La televisión es una buena escuela?

R. Nos ha hecho pensar mucho en el espectador y en los recursos para mantener la atención o emocionar. En A mi madre... también fue difícil hacer entender que quisieras una comedia, que te pudieras reír y que, además, contase algo. Cuando buscábamos financiación, decíamos: es la historia de una madre que de pronto anuncia a sus hijas que le gusta otra mujer, pero es también una historia sobre toda una generación, la de los hijos de la izquierda que viven desconcertados; sus padres son mucho más modernos que ellos, y ellos no saben cómo comportarse. '¡Qué horror!, ¿pero no era una comedia?', nos decían. Como si la comedia tuviese que ser pura chorrada.

P. ¿Y después del éxito de la película, qué proyecto tienen?

R. Es posible que se llame Hoy es ayer. Es un thriller, pero sobre todo una historia de amor diferente. Plantea la posibilidad de si una mujer puede amar a dos hombres a la vez. Es también una historia sobre la memoria: la de ella, en el presente, y la de sus padres. Ella ha de descubrir una serie de cosas que pasaron en un verano decisivo.

P. A mi madre... debía clausurar la Mostra de València el pasado año, pero no fue así. ¿Qué pasó?

R. Nos hacía mucha ilusión porque soy de Valencia. Cuatro días antes de la clausura nos dieron una excusa extraña: que no venía Rosa María Sardá, y por tanto, no había foto. Nos quedamos atónitas. Y al final nos enteramos de que parece que había otra cosa: que el Ayuntamiento consideraba que no era una película políticamente adecuada.

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