Las orejas de los flojos
Se veía venir. Las cualidades de los escogidos toros nobles, flojos y sin presencia no dejaban lugar a dudas. La emoción estaba desechada. La plaza, atestada de un público animoso, tampoco dejaba dudas. Sólo había que esperar a ver en qué manos caían las orejas.
David Fandila, El Fandi, ausente de los carteles de la feria, ocupó el lugar del lesionado Ponce. Resultó ser el revulsivo de la feria. La entrega e ilusión del granadino le convirtió en una galerna. Atrevido y variado con el capote, le faltó hondura a su verónica. Con las banderillas un puro portento. Otro cantar fue la muleta. Faena con las dos manos en su primero, falta de ritmo y distancia. Tuvieron que ser los pases mirando al tendido y las manoletinas las que calentaran el ambiente. Con la espada, un cañón. Dos orejas. En el que cerró el cartel, conquistó la plaza aunque hizo una faena intermitente, sin acoplamiento ni ritmo, larga, con adornos para la galería. Una oreja. Salió en hombros y aclamado.
Ruiz / Caballero, Cordobés, Fandi
Toros de Daniel Ruiz, flojos y sin presencia. Manuel Caballero: un pinchazo, estocada desprendida (oreja); pinchazo, se echa el toro (aviso); estocada caída (saludos). El Cordobés: estocada caída y atravesada (aviso); dos descabellos (ovación); estocada caída y atravesada (oreja). David Fandila, 'El Fandi': estocada (dos orejas); estocada ladeada y trasera, dos descabellos (oreja). Plaza de Santander. 5ª de feria. Lleno.
Manuel Caballero anduvo gazapón con el capote. Conocedor de la plaza, brindó al público. Faena al natural, despegada pero gustándose. En su segundo, aburrió al toro. El Cordobés alborotó a sus seguidores. Su estilo tan personal, tan atropellado, digno de otros espectáculos, gusta en los tendidos. Qué se le va a hacer. El salto de la rana llegó al final. Fue la apoteosis.
Babelia
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