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GENTE

NO TODOS SON IGUALES ANTE LA LEY

El príncipe Andrés de Inglaterra, duque de York, se libró de una multa por exceso de velocidad tras alegar que tenía prisa, pues debía tomar un avión para acudir al Open británico de golf, que ganó el surafricano Ernie Els, en el campo escocés de Muirfield. El príncipe conducía a 60 millas (96 kilómetros) por hora en una zona en la que el máximo permitido es de 40 millas (64 kilómetros) por hora cuando se trasladaba desde su casa en Berkshire al aeropuerto londinense de Heathrow. Tras ser parado por una patrulla de tráfico, testigos oculares aseguraron a los diarios The Sun y Daily Mail que el príncipe bajó la ventanilla y dijo al agente: 'Tengo prisa', y a continuación admitió su infracción diciendo 'eran sólo 50 millas por hora'. Su guardaespaldas, sentado en el asiento del copiloto, salió del vehículo y le dijo algo al policía, quien hizo un gesto de sorpresa; entonces el príncipe 'cerró su ventana, volvió la cabeza y se marchó'. Uno de los policías, indignado, declaró que 'el príncipe Andrés se comportó de forma arrogante y pomposa'. Otros conductores que han cometido la misma infracción han recibido una multa de un mínimo de 60 libras (93,3 euros). Andrés no es el único miembro de la realeza que ha incurrido en excesos de velocidad: el año pasado, su hermana, la princesa Ana de Inglaterra, recibió una multa de 400 libras (620 euros) por conducir a 150 kilómetros por hora cuando se dirigía a un campeonato de equitación.

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