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Jean René Fourtou | Perfil

'Anti-Messier' para Vivendi

Apenas hay semejanzas entre Jean-Marie Messier, el ejecutivo que se comportaba al estilo de un agresivo magnate de la comunicación, y Jean-René Fourtou, el hombre que le ha sucedido en un momento de verdadera crisis. A sus 63 años 'estaba retirado, no tenía por qué haberse metido en este fregado', comenta una de las personas que mejor conocieron al nuevo presidente de Vivendi Universal en el seno de Aventis, la multinacional farmacéutica de la que procede.

Pero tuvo que meterse, porque la élite francesa no encontraba un mejor 'hombre de organización', si quería ahorrarse el nombre de Vivendi Universal en la lista de los escándalos financieros de nuestro tiempo.

Fourtou se ha pasado lo más granado de la vida en reestructuraciones difíciles. Comenzó su carrera como consultor y en 1986 se vio al frente del grupo químico Rhône-Poulenc. Doce años en esta empresa le sirvieron para reorganizarla por completo. Liberal en política, muy europeísta, sus planes rigurosos de reestructuración quedaron matizados por programas sociales, que se consideran de los más generosos concedidos en Francia. Orientó el grupo hacia la química fina y lo ancló en la farmacia antes de fusionarlo, en 1998, con el alemán Hoechst.

Del matrimonio nació Aventis, uno de los líderes actuales del sector farmacéutico, muy centrado en todo el campo de lo que podría denominarse 'las ciencias de la vida'. Consumada la operación, Fourtou se quedó como vicepresidente, cumpliéndose así el acuerdo de que la presidencia recayera en la parte alemana. Más tarde renunció a las funciones ejecutivas y se limitó al comité de vigilancia de la entidad. Pero la violenta crisis de Vivendi Universal ha llamado a su puerta para cataputarle de nuevo a otra situación de riesgo. Lleva poco más de dos semanas en el cargo, buscando el modo de resolver los problemas de tesorería, para lo cual ha conseguido un primer acuerdo con los bancos acreedores.

Jean René Fourtou pedalea contra el reloj. Necesita salvar los problemas de tesorería que le dejó en herencia Jean-Marie Messier y concederse tres meses , hasta final de septiembre, para efectuar un diagnóstico financiero y estratégico, antes de tomar decisiones de peso. Para ello se apoya en el tándem que integran Claude Bébéar, fundador de la aseguradora Axa, encargado de dirigir el comité financiero, y de Henri Lachmann, presidente de Schneider Electric, encargado de trazar una estrategia para el grupo de comunicación. Un trío de choque, emanado del capitalismo hexagonal y de la vieja economía.

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