Un bailongo disco con el uniforme del 'cole'
Se acercan las tres de la madrugada y algunas pandillas de escolares han tomado una calle de Londres. Unos hacen manitas, otros se tambalean sin acertar a caminar en línea recta, y la sonrisa etílica de todos ellos sugiere que no comparten causa común salvo las ganas desenfrenadas de juerga. Salen en perfecto desorden de la discoteca Po Na Na de Hammersmith, al oeste de la ciudad, en donde cada noche del sábado emprenden un viaje nostálgico a su pasado estudiantil. Libre de estimulantes químicos, el trip es cortesía de Bobby Sánchez, un británico de abuelo español que ha descubierto un filón de oro con su club Schooldisco, literalmente la discoteca del colegio. No es tanto un local concreto como un tipo de fiesta.
Bobby Sánchez: 'El uniforme implica disciplina, pero es un signo de identidad. Ponérselo a los diez años de haber dejado el colegio es divertido'
En esta versión actualizada del bailongo se impone un estricto código de vestuario y conducta. Sin uniforme escolar, el acceso al local queda vetado. La corbata de rayas, característica de las escuelas británicas, tanto públicas como privadas, es, sin duda, el elemento imprescindible del atuendo. La etiqueta se relaja en el resto de las prendas. Así, los chicos pueden llevar pantalón corto o largo, camisa blanca, azul o gris, zapatos o playeras. También pueden disfrazarse de colegialas e incluso de profesores. El uniforme de las chicas es parecido salvo que los calcetines tienden a sustituirse por panties y zapatos de tacón. La mayoría prefiere, por supuesto, falda de dimensiones diminutas.
'El uniforme implica disciplina, pero es principalmente un signo de identidad. Denota unidad y reconocimiento. Ponérselo a los diez años de dejar el colegio es, simplemente, divertido', explica Sánchez.
En las Schooldisco suenan clásicos de los años setenta, ochenta y noventa junto a un puñado de novedades del momento. Desde Queen hasta Blondie, de Prince y Michael Jackson a Cliff Richard, Elton John y Wham; de Diana Ross a Britney Spears... cualquier artista es válido siempre que lo solicite la audiencia.
'Escolares' creciditos
Los escolares tienen entre 21 y treinta y pocos años. Acuden a las sesiones del club a beber, a bailar y, sobre todo, a ligar. Quizá por unas horas, idealmente para toda la noche. 'Una mujer en uniforme escolar es irresistible. Y a las chicas, nosotros también les resultamos sexys', dice con el aval de su experiencia.
Para festejar el verano, Schooldisco acampó el pasado sábado 13 en Clapham Common, un parque del sur de Londres. Entre actuaciones en directo de The Human League, ABC y otros grupos, los uniformados asistentes al festival School Fields pudieron participar en juegos y concursos deportivos, y degustar un menú propio de las cantinas escolares. 'No muy apetecible, es cierto. Pero somos genuinos en todo, hasta en la comida. Siempre ofrecemos col, alubias en salsa de tomate, salchichas, patatas fritas...', comenta.
La mayoría de los escolares son británicos, pero también se apuntan a los bailongos semanales españoles, alemanes, italianos, norteamericanos, neozelandeses. Entre las caras anónimas destaca, con frecuencia, alguna celebridad. Sánchez recuerda una visita de Mick Jagger al local de Hammersmith. El Rolling Stone pudo entrar sin uniforme, aunque se vio forzado a colocarse la corbata oficial de la empresa. 'Pusimos unas cinco canciones de los Rolling Stones y Mick Jagger se lanzó a la pista. Alucinó con el espectáculo. Dijo que nunca había visto nada igual en su vida', cuenta.
Licenciado en sistemas informáticos, soltero y millonario, Sánchez descubrió en la música su primer amor. Entabló un lazo con su pasado discográfico que, sin embargo, no todos comprendieron. Una noche de 1999, mientras trabajaba de disc jockey en una discoteca de Londres, pinchó This Ole House, de Shakin Steven, seguido de In the Mood for Dancing, de las Hermanas Nolan. Fue un paso demasiado retrógrado para el gerente del local. Sánchez perdió su empleo esa misma madrugada. 'El manager me pagó y me echó a la calle. 'No te queremos más aquí. Nadie pincha esa música en mi club', me dijo'.
El fracaso le llevó a musitar sobre los viejos tiempos. A recordar los momentos más felices de su adolescencia, a tararear los himnos que sonaban en las fiestas de estudiantes. En definitiva, a esbozar la idea de la Schooldisco. 'Si no me hubieran despedido, quizá no estaría hoy aquí. De lo negativo saqué algo positivo. En la tristeza encontré felicidad. En la soledad tracé una idea que ha cuajado', clama melancólico y poético. De su cabeza siguen brotando ideas, planes, proyectos. Quedan muchas fiestas por organizar, ciudades por conquistar y discos por producir, incluido uno de su propia cosecha que confía en sacar en unos tres meses. Vestirse de colegial para ir a bailar puede resultar una moda pasajera, pero Sánchez ha convertido el concepto Schooldisco en una marca de éxito.
La versión española, en Ibiza, y pronto, en Barcelona
EN TRES AÑOS, SÁNCHEZ ha convertido su idea de revival escolar en un negocio que factura en torno a 1,5 millones de euros y da trabajo a 30 empleados y 10 pinchadiscos. Unas 50 personas acudieron al primer bailongo en un restaurante londinense; ahora, más de 20.000 viven la experiencia cada mes. De la capital, el club ha viajado a otras ciudades inglesas y recientemente se ha asentado en Ibiza y en su rival chipriota, Ayia Napa. Desde finales de junio y hasta septiembre, Schooldisco se celebra cada viernes en la sala Edén, de San Antonio, donde también se puede adquirir el obligatorio uniforme. Barcelona, donde vive uno de los cinco accionistas que invirtieron unos 350.000 euros en la aventura, se perfila en el siguiente plan de expansión de Sánchez. A sus 31 años, este joven de sangre española, inglesa e india se resiste a verse identificado como un típico hombre de negocios. 'Hay que hacer del negocio un juego, una diversión. Hay que revivir la actitud despreocupada de la juventud. De adulto crecen los problemas porque hay que trabajar, hacer dinero, establecer y mantener una relación, pagar la hipoteca... Prefiero ser creativo y no tomarme la vida con excesiva seriedad', advierte. Schooldisco.com, el sitio de Internet creado originalmente por la necesidad de difundir la dirección de la sala donde se celebraba cada fiesta, se ha convertido en centro de encuentro y expansión. En su tienda virtual se venden localidades, uniformes y discos. La sede ofrece además un nuevo servicio de contactos personales para aquellos que buscan a su media naranja, y el equipo fundador organiza fiestas colegiales privadas para clientes corporativos.
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