Regenerar playas es inutil, dice el director del Centro de Estudios Ambientales

El director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Millán Millán, aseguró ayer que las actuaciones de regeneración en las playas del litoral mediterráneo resultan estériles ya que, de un año para otro, la acción del mar deshace los límites que el factor humano trata de imponer. El director del CEAM indicó que, frente al incremento de temporales y tormentas, sólo existe una medida de prevención a corto plazo: 'Reforestar a toda velocidad', tal como indicó, para que los bosques hagan de catalizador del CO2, fijándolo en forma de masa forestal.

Millán explicó que el incremento de los valores de ozono en el nivel troposférico, el más cercano a la tierra, se deben, principalmente, al incremento en las emisiones de CO2. El ozono, según aseguró, es un gas con un altísimo potencial de efecto invernadero (200 veces más que el propio CO2), hecho que perturba el régimen de tormentas de verano, reduciéndolas. La reducción de este fenómeno provoca el recalentamiento del Mediterráneo y, como consecuencia, el registro de lluvias torrenciales y temporales de mar que fulminan la regeneración artificial en las costas.

Millán Millán participó ayer en un curso organizado por la Universidad Jaume I de Castellón sobre el Plan Hidrológico Nacional y el cambio climático. Allí explicó que las masas de aire en la cuenca del Mediterráneo tardan diez días en renovarse, mientras que en países como Gran Bretaña lo hacen en dos ocasiones al día. Hasta ahora, según arguyó, eso proporcionaba un clima envidiable porque la falta de aire renovado provocaba un recalentamiento positivo climatológicamente.

Sin embargo, con el tiempo, ese recalentamiento es mayor y, además, las masas de aire están cargadas de contaminación. Así, explicó que un experimento realizado en Castellón demostró que un gas emitido en La Plana volvía al mismo punto dos días después. Sin embargo, según señaló, los niveles de ozono que se han detectado en Córcega y Cerdeña son muy superiores a los, por ejemplo, registrados en las comarcas de Els Ports o en Utiel-Requena. Una de las consecuencias es la disminución de las tormentas de verano, lo que hace que el Mediterráneo no 'descargue' calor y, al final, se produzcan las llamadas 'gotas frías'.

Millán afirmó que éstas se registrarán cada vez con 'más intensidad y más frecuencia' y no sólo en otoño, sino también en primavera. Son estos temporales los que deterioran el litoral y destrozan las actuaciones de regeneración artificial. 'No se puede hacer nada', señaló. A largo plazo, según indicó, se han de reducir las emisiones de CO2. A corto, la única prevención posible, es la de la reforestación para crear masas boscosas que hagan de sumidero de esos gases. 'Los políticos no se conciencian de que hay que actuar', afirmó, 'porque lo que hagamos ahora tendrá resultados dentro de 50 años'.