'Lo difícil del humor es que sólo te puedes apoyar en un micrófono'
Paz Padilla (Cádiz, 1969) decidió que quería ser humorista el mismo día que hizo su primera declaración de la renta. O eso dice. '¿Cómo le apunto? ¿Cómo actriz como artista?', cuenta que le preguntaron. La gaditana, conocida ya por entonces por su participación en Genio y Figura, entre otros programas de televisión, dio entonces por acabada su trayectoria profesional como enfermera y emprendió su salto definitivo a los escenarios y a la pequeña pantalla (Crónicas Marcianas, El club de la comedia, la serie Ala Dina...). Padilla presentó el sábado en la IX Feria Internacional de Teatro de San Sebastián Ustedes se preguntarán cómo he llegado hasta aquí, un monólogo en el que explica su duro y surrealista camino hacia la fama.
Pregunta. ¿No es ya suficiente con tener una vida pública como para hacer que encima la gente se ría de ella?
Respuesta. En realidad no cuento mi vida, sino anécdotas, cosas superficiales que me han pasado. Pero no me despellejo, no descubro cosas profundas mías, para eso ya fui al programa de Pedro Ruiz.
P. Además del suyo, en esta feria se han representado varios monólogos. ¿Está el género en auge?
R. El monólogo siempre ha existido. Gila se tiraba una hora solo hablando en el escenario. Lo que pasa es que la tele lo ha popularizado y ahora la gente siente que no tira el dinero si se sienta a que le hagan reír. Lo dífícil del humor es que sólo te puedes apoyar en un micrófono, no como otros artistas que recurren a la escenografía u otros recursos.
P. ¿Es más propicio para la improvisación del actor?
R. Te lo puedes permitir, porque estás sola en el escenario y este tipo de espectáculos son obras vivas. De hecho, muchas cosas de Ustedes se preguntarán..., que se estrenó en octubre, han surgido de la improvisación. La gente agradece que le dediques algo que no has hecho ante otro público.
P. Últimamente se ha centrado en el teatro y ha dejado de lado su faceta televisiva.
R. He estado ocho años en la tele y creo que hay que saber dosificarse. Hasta ahora no sabía hacia dónde iba en este terreno, pero ahora sé que quiero hacer un show-woman, un programa con invitados y monólogos para todas las edades. He empezado a moverlo, pero es muy difícil porque las televisiones apuestan por lo seguro: Operación Triunfo, Gran Hermano... En todo caso, ahora me apetecía hacer teatro.
P. ¿Se siente más cómoda?
R. Sé que en el teatro no se gana dinero, que es muy duro, que se trabaja mucho, pero es muy bonito. En televisión, cuando hablo a la cámara no veo ni a la persona que está detrás, pero en el teatro tengo a la gente ahí, la reacción es inmediata, sé si está gustando o no y luego, el aplauso me lo llevo yo. En la tele lo único que hay es la audiencia, y no me la creo.
P. ¿Es más difícil hacer reír que llorar?
R. Creo que sí. Lloramos todos los días, pero reír... Además, para hacer reír tienes que conseguir un humor muy variado, porque no a todo el mundo le gusta la sal gorda, el doble sentido, o el humor inglés.
P. ¿Cuál va con usted?
R. El surrealista, aunque he tenido que hacerlo de todo tipo para torear en todas las plazas.
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