La evolución de Philip Glass
A finales de junio estrenó en Valencia y después en Barcelona su música para cortometrajes de Atom Egoyan, Peter Greenaway o Godfrey Reggio: Shorts se llama el espectáculo. En Madrid el programa ha sido completamente distinto: Philip Glass, con el Ensemble y Michael Riesman en la dirección musical, se trajo una selección de obras de los setenta y noventa.
Glass necesita consultar la agenda para saber qué toca al día siguiente. Una noche está en Austria con este concierto y dos días más tarde en Grecia con Koyaanisqatsi. Una estrategia para descubrir nuevos alicientes y refrescar su música. Parece un adicto al trabajo, pero para quien ya hizo mudanzas, condujo un taxi o ejerció de fontanero, esto es pura diversión.
Veranos de la villa
Fragmentos. Philip Glass Ensemble. Patio Central del Conde Duque. Madrid, 13 de julio.
Hubo piezas de Monsters of grace, ópera digital en tres dimensiones que utiliza efectos especiales y animaciones por ordenador, y se basa en poemas del místico sufí del siglo XIII Jalaluddin Rumi. Una de esas óperas alejadas de los cánones clásicos que Glass ofreció esta vez de forma espartana: instrumentos y voces. Tocaron también algo de Low Symphony, escrita a partir de tres canciones de un disco de David Bowie con Brian Eno, y terminaron con un fragmento de Einstein on the beach, la ópera revolucionaria que Philip Glass creó con el escenógrafo Bob Wilson, en 1976, y que tiene la intención de recuperar el año próximo. Avisa de que será incluso más radical ahora que cuando se estrenó.
Disponer de grupo le permite escuchar cómo suena todo lo que escribe. Algo que despierta la inquina de colegas de la música contemporánea. Glass estrena las obras, las graba en discos que se venden razonablemente bien, toca en muchos países... Hace más de treinta años que no ha cesado de producir óperas -'teatro musical' lo llama-, sinfonías, conciertos para piano, música de cámara, bandas sonoras... Un compositor que tiene en cuenta la influencia del pop, las músicas de África e India, y el impacto de las nuevas tecnologías.
Babelia
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