La Fiscalía aumenta la pena solicitada para los acusados del crimen de Álora
Los abogados de Carapelo y Ana Gema García piden la absolución
El juicio por el asesinato de Ana Elena Lorente está pendiente ya de que el jurado dictamine la culpabilidad o inocencia de los tres acusados, Agustín Cortés, Cartucho; Juan Navarro, Carapelo y Ana Gema García. La fiscal ha apreciado durante la vista la concurrencia de circunstancias agravantes de la agresión sexual infligida a la víctima, por lo que ha aumentado la petición de cárcel por ese delito de dos a ocho años para cada uno.
Además, los acusados se enfrentan a una petición fiscal de 19 años por el delito de asesinato y de cuatro por robo -cinco en el caso de Cortés-. Así, los dos primeros podrían afrontar una condena de 31 años y el tercero, de 32. La acusación particular solicitó que la agresión sexual sea castigada con entre diez y 15 años de prisión.
El abogado defensor de Cortés, el único que ha reconocido ante el tribunal su participación en los hechos, solicitó que se tenga en cuenta la alteración psíquica de su cliente -personalidad psicopática-, y los representantes de García y Navarro pidieron la libre absolución. El lunes las partes expondrán su relato definitivo de los hechos al jurado.
En la sesión de ayer intervinieron los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de Ana Elena Lorente. La familia de la joven, que, al igual que las de los acusados, no ha perdido nunca la compostura pese a la dureza del juicio, prefirió quedarse fuera de la sala durante la declaración de estos peritos.
Los forenses explicaron que lo que causó la muerte de Lorente no fue la herida que presentaba en el cuello, causada probablemente, según explicaron, por el cuello de una botella encontrada en el lugar del crimen, sino los tremendos golpes que recibió en la base del cráneo, en la cara y en las vértebras cervicales, que 'pudieron ser producto de patadas recibidas estando en el suelo'.
El abogado de Ana Gema García, que ha defendido a lo largo de las sesiones del juicio que su cliente no tomó parte en el asesinato y que el cuerpo de Lorente fue trasladado al cañaveral de Álora donde apareció después de su muerte, interrogó a los forenses sobre la posibilidad de que las erosiones que la joven presentaba en las piernas se hubieran producido al arrastrar su cadáver.
Los médicos respondieron que 'las heridas de las piernas tuvieron una respuesta vital [propia de un cuerpo con vida], por lo que se descarta que se hayan producido después de su muerte'. El defensor de García se interesó también por la 'ausencia de sangre' en el lugar donde apareció el cuerpo. El forense que acudió al levantamiento del cadáver repuso que 'había sangre en las cañas, y coincidía justo con la que había en la parte de la camiseta de la víctima que estaba en contacto con el suelo'.
Los peritos resaltaron también el estado de ebriedad de Lorente, que la fiscal ha tenido en cuenta para aumentar la pena que pide por la agresión sexual.
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