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El fiscal eleva su petición de cárcel para el procesado por la muerte de dos agricultores

El juicio por la muerte de José Ruiz y Tomás Bonilla, los dos agricultores que fueron asesinados en enero de 2000 en una zona de invernaderos de Santa María del Aguila, una barriada del municipio almeriense de El Ejido, quedó ayer visto para sentencia. El jurado popular se reunirá el lunes a primera hora para establecer el veredicto.

En la sesión de ayer, la tercera y última de este juicio, declaró el hijo menor de José Ruiz. El niño, de diez años, afirmó que vio cómo el acusado, Cherki Hadij, golpeaba en la cara a su padre con una piedra y que, después, le lanzó también otra piedra a él.

Los psicólogos que examinaron al acusado poco después de que fuera detenido declararon ayer en el juicio que 'no tiene enfermedad mental alguna que altere su conciencia o su voluntad'. Según los peritos, Cherki Hadij tiene una capacidad intelectual media-baja, pero sabe discernir lo que está haciendo.

Los forenses que se encargaron en su día de examinar los cuerpos de José Ruiz y Tomás Bonilla afirmaron que el primero murió por los golpes que recibió en la parte posterior de la cabeza (antes había sido golpeado en la cara) y que la muerte de Bonilla la provocó una herida de unos 10 centímetros en el cuello, 'lo que se conoce normalmente con ser degollado'.

Después de tres días de juicio el fiscal modificó su petición inicial (18 años de cárcel) para elevar la pena a 20 años por dos delitos de asesinato con alevosía. Es lo mismo que piden las acusaciones particulares de las familias de las dos víctimas.

Tanto el fiscal como las dos acusaciones particulares pidieron ayer al jurado que emitiera un veredicto de culpabilidad para Cherki Hadjid y recordaron que 'de los ocho testigos que han declarado, todos han reconocido que el acusado estaba en el lugar de los hechos y el hijo y la viuda de uno de los fallecidos han explicado que vieron cómo golpeaba a una de las víctimas'.

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Por su parte, el abogado defensor del inmigrante marroquí al que se juzgaba insistió en la libre absolución argumentando que existían algunas dudas sobre su participación en los hechos.

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