Oposición en Santa Coloma a la ubicación de una estación de la línea 9
La ubicación de la futura estación de Santa Rosa de la línea 9 de metro, a su paso por Santa Coloma de Gramenet, mantiene en pie de guerra a las 63 familias residentes en la manzana comprendida entre las calles de Banús Alta, Banús Baja e Irlanda, cuyos bloques serán derribados al aprobarse la propuesta del Ayuntamiento. La municipalidad no está dispuesta a desaprovechar la ocasión que le brinda la llegada de la nueva línea metropolitana para esponjar un barrio tan densificado como el de Santa Rosa, donde viven 13.500 personas.
La línea 9 tendrá, además, en la localidad otras estaciones: en Singuerlín, Iglesia Mayor, Fondo Alto (donde enlazará con la línea 1) y Can Pexauet. Las cocheras estarán situadas en Can Zam.
Los colomenses afectados no están dispuestos a renunciar a cualquier precio al que lleva siendo su hogar durante tantos años. Así lo llevan diciendo por activa y por pasiva desde que se enteraron de que el Ayuntamiento planteaba a la Generalitat una alternativa para la estación de Santa Rosa que pasa por la demolición de las fincas que ellos habitan. El Gobierno catalán propuso inicialmente que la polémica parada se abriera en un aparcamiento de la calle de Banús. A la Administración local le parece más acertado hacerla en un lugar acorde con la filosofía del plan de reforma que tiene redactado para ese barrio de la ciudad. Así se lo hizo saber a la Generalitat, y desde Política Territorial y Obras Públicas se aceptó la sugerencia aunque suponga un encarecimiento del presupuesto previsto en un principio.
Los más reacios a encajar el cambio continúan siendo los vecinos, quienes no parecen dispuestos a ser los paganos del esponjamiento del barrio y de la plaza que ocupará el espacio donde ahora se encuentran sus bloques.
Viviendas alternativas
El Ayuntamiento ha propuesto a las 63 familias afectadas unas viviendas alternativas. 27 de éstas estarían situadas junto a la Iglesia de Santa Rosa y las demás se distribuirían entre las calles de Milà i Fontanals (Fondo Bajo) y América (Singuerlín).
Mientras el Ayuntamiento y la Generalitat se han puesto de acuerdo, las negociaciones entre las dos instituciones y los vecinos siguen abiertas. Los afectados han puesto una condición para poder llegar a un acuerdo: que les adjudiquen un piso nuevo a cambio del viejo de su propiedad. La corporación local no parece de momento dispuesta a aceptar.
La asociación de vecinos de Santa Rosa prefiere que sean los propios afectados los interlocutores directos con las instituciones para tratar este asunto. Su presidente, José Antonio Cremades, entiende la postura de los residentes al negarse a marchar del lugar en el que se sienten integrados, aunque también admite que hay razones que aconsejan hacer una plaza en una zona fuertemente densificada.
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