'La empresa privada andaluza tiene prejuicios para invertir en eventos rockeros'

Lo que comenzó como un concierto para las fiestas de un pueblo de 7.500 habitantes (Huétor-Tajar, Granada) se ha convertido en una de las grandes citas rockeras en España. Detrás del milagro del Espárrago Rock, que los días 11 al 13 de este mes reunirá en Jerez a 60 artistas de 12 países, está Francis Cuberos, un hombre que ama la música.

El Espárrago Rock, que este año celebra su 14ª edición, se ha convertido en una de las citas musicales más importantes de todo el país. Entre los días 11 y 13 de este mes ofrecerá las actuaciones de 60 artistas de 12 países. Bandas extranjeras como Iggy Pop, Garbage, Orishas y Backyard Babies sonarán junto a las nacionales Bunbury, Fangoria, Dover y Tabletom. En total suman 144 horas de música en cinco escenarios distintos instalados en el Circuito de Velocidad de Jerez (Cádiz). Pero para llegar hasta aquí, el Espárrago ha recorrido un largo camino de la mano de su fundador y director Francis Cubero. Este maestro de 38 años iba para agricultor, como practicamente todos en Huétor-Tajar, su pueblo, su familia incluida. Estaba destinado a criar esos exquisitos espárragos moradoverdosos que han conseguido una denominación de origen, pero la música se le cruzó en el camino.

Pregunta. ¿Cuál fue la semilla del Espárrago?

Respuesta. Hace unos 20 años que el espárrago se transformó en monocultivo en la vega del Genil. Yo había terminado magisterio y estaba en paro, aunque como todos en el pueblo trabajaba en el espárrago. Decidí aprovechar el boom económico que experimentó Huétor y presenté un programa de desarrollo rural para la zona en el que, después de cuatro años, en 1988, metimos un concierto de Ilegales. Al año siguiente nació el festival que organizamos Antonio Rodríguez El boti (porque es el farmacéutico del pueblo) y yo.

P. ¿Por qué cambiaron de sede y, en 1993, lo organizaron en la Feria de Muestras de Granada?

R. Huétor tenía entonces 7.500 habitantes y en el último concierto metimos 6.000 personas. El Ayuntamiento se asustó y no quería saber nada del Espárrago Rock. La gente siempre lo ha lamentado, pero... En Granada tampoco se podía crecer, por limitaciones de espacio. Éste será nuestro tercer año en Jerez, donde nunca tendremos este problema ya que el circuito acoge a 180.000 durante los campeonatos de motociclismo.

P. ¿Han superado ya el tropiezo de 2000, cuando una lluvia torrencial les hizo suspender todos los conciertos y tuvieron que devolver las 20.000 entradas que habían vendido?

R. Todavía estamos recuperándonos de esas pérdidas, pero este año por primera vez hemos conseguido llegar al ideal en gestión cultural. De los 150 millones del presupuesto, un 30% son subvenciones de distintas administraciones, otro 30% lo aportan los patrocinadores y el 40% restante es nuestra aportación. Además, ha coincidido también con la entrada en nuestra empresa, con un 35%, de Media Festivals, la productora musical del grupo PRISA. Nuestro próximo objetivo es vender otro tanto y quedarnos con el resto entre los cuatro socios que hemos creado Munster Tourin.

P. Hasta 1998 el Espárrago era el único festival importante en España, ¿cree que Andalucía desaprovechó su oportunidad?

R. En Andalucía, como en cualquier otra comunidad menos desarrollada, la empresa privada tiene prejuicios para invertir en eventos rockeros y juveniles. En otro sitio el festival se habría desarrollado más rápidamente.

P. Crear un escenario para el flamenco en un festival rock fue una apuesta fuerte.

R. Es nuestro granito de arena a la promoción de la cultura popular andaluza. Fascina al público y sorprende a los artistas. Grandes cantaores como Carmen Linares, que no se habían visto nunca ante un público tan joven, la mayoría tienen entre los 15 y los 25 años, y se emocionan.

P. ¿Qué ha sido lo más complicado de todos estos años?

R. La financiación. Cuando empezamos éramos unos ingenuos y no sabíamos nada de gestión de empresas.

P. ¿Y lo más gratificante?

R. Ver cómo ha cundido el ejemplo del Espárrago. Ahora hay más de un centenar de festivales, aunque son pequeños, por toda Andalucía.